Salud ambiental y salud poblacional
Salud es una situación positiva de equilibrio entre la expresión de los procesos biológicos en individuos y poblaciones, y las condiciones ambientales (físicas, biológicas y culturales) en las que tienen lugar. Por su parte, enfermedad es la situación negativa resultante de la rotura de ese equilibrio.
Hasta los años setenta del siglo XX, el modelo de salud occidental fue eminentemente biologicista, tecnológico e intervencionista. En los setenta empieza una gran transformación, iniciada en Canadá por Lalonde en 1974 y potenciada desde la OMS (Trigésima Asamblea Mundial de Salud de 19777), a través del programa Salud para todos en el año 2000, que planteó como principal objetivo de carácter social para los gobiernos y OMS, conseguir el acceso igualitario de todas las personas a un nivel de salud adecuado para “desarrollar una vida productiva social y económicamente". Se priorizó a partir de entonces la atención primaria en un contexto ecológico, con el objetivo de asegurar la igualdad en salud para todos los miembros de nuestra especie. A pesar de avances indudables, el objetivo quedó lejos de cumplirse, por lo que todavía el tercer ODS 2015-2030 es garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades.
Para que esta vez el avance en igualdad de salud entre géneros, poblaciones y países sea el deseado, la OMS ha realizado un importante esfuerzo en su publicación anual sobre estadísticas de salud de 2016, ligando los datos disponibles sobre los objetivos y metas de salud planteados en los ODS 2015-2030 con una selección de indicadores de salud para cinco áreas clave: a) salud reproductiva, materna del recién nacido y del niño; b) enfermedades infecciosas; c) enfermedades no comunicables y salud mental; d) lesiones y violencia; y e) sistemas de salud. Estas áreas hacen especial hincapié en la necesidad de promocionar la creación de capacidad estadística en cada país, porque todavía parte de las cifras básicas que se manejan son incompletas y cuestionables, especialmente algunas procedentes del África rural donde, por ejemplo, las tasas de registro de nacimientos son inferiores al 10% en algunos países como Chad, Etiopía, Malawi, Tanzania o Somalia.