Mujeres y sostenibilidad
El conocimiento y la gestión del medio son procesos en constante reajuste, realizados por mujeres y hombres de manera bien complementaria o bien exclusiva, en entornos bioculturales muy diversos y matizados por las relaciones de género y de clase imperantes en cada población y momento histórico.
La vida de las mujeres ha estado ligada a la gestión de los recursos naturales para satisfacer las necesidades familiares y comunitarias, identificando, recolectando y transformando los aspectos de la diversidad biocultural ligados a alimentación, la salud, la energía, el vestido, el adorno y los utensilios. La transformación temporal de esta gestión, su relación con la pobreza y sus consecuencias en el siglo XXI son aspectos esenciales de la sostenibilidad solo parcialmente estudiados y escasamente divulgados.
Mujeres y hombres han acumulado durante generaciones una sabiduría ambiental y social que les ha permitido conservar los procesos ecológicos y los sistemas de soporte de la vida. El abandono de los extensos espacios rurales y la concentración poblacional en grandes núcleos urbanos se asocian con el rápido crecimiento de los problemas ambientales, porque rompe el contacto directo con la naturaleza, reduce la diversidad biológica y cultural, aumenta el riesgo de erosión del territorio, de la destrucción del paisaje cultural y de la pérdida de memoria identitaria.
Visibilizar esta realidad en áreas rurales y urbanas, cuantificar sus costes, investigar su variabilidad temporal y espacial, y conocer la implicación diferencial de mujeres y hombres en los servicios eco-sistémicos es indispensable para la toma de decisiones sociales, políticas y económicas. Además, comparar situaciones actuales en los países menos favorecidos con las previamente experimentadas por los más ricos (por ejemplo la despoblación del mundo rural) y viceversa (por ejemplo el abandono de las técnicas ambientales sostenibles) contribuye a esa toma de decisiones y a crear opinión entre la ciudanía.
En las últimas décadas del siglo XX se desarrolla una aproximación eco feminista a la sostenibilidad ambiental que engloba muy diferentes corrientes de pensamiento en torno a una idea compartida: la crisis ambiental no puede afrontarse sin perspectiva de género.