El rebrote de la tuberculosis en el siglo XXI
Una de las consecuencias más graves de la migración rural a las ciudades europeas, ligadas a los procesos de industrialización, fue la expansión de una elevada morbimortalidad ligada a la tuberculosis, que se convierte en una enfermedad social. En 1930 todavía morían en España más de 100 por cada cien mil habitantes (mayoritariamente jóvenes). La mejora de las condiciones sociales y nutricionales, la ventilación de los lugares de trabajo donde se concentraban numerosos trabajadores y el descubrimiento y comercialización de los antibióticos, contralaron extraordinariamente la mortalidad por tuberculosis y otras enfermedades bacterianas.
Los antibióticos son indicados para combatir enfermedades bacterianas, pero en muchas poblaciones se han utilizado para combatir enfermedades viríasicas y para potenciar el cfrecimiento y prevenir, supuestamente, enfermedades en animales domésticos que forman parte de nuestra alimentación. El resultado ha sido el aumento de bacterias fármaco-resistentes, y el aumento de muichas de las enfermedades que causan, como la tuberculosis.
La resistencia a los antibióticos, se ha convertido en una de las mayores amenazas para la salud mundial, la seguridad alimentaria y el desarrollo sostenible; está determinado el aumento de numerosas infecciones, que, junto con la tuberculosis presentan tratamientos difíciles, destacando neumonías, gonorreas y salmonelosis. Esta situación prolonga las estancias hospitalarias, incrementa los costos médicos y aumenta la mortalidad.
Es urgente desarrollar planes nacionales de acción para hacer frente a la resistencia a la tuberculosis, que incluyan programas educativos para la ciudadanía de todas las edades, para evitar la iniciada etapa post-antibióticos, en la que muchas infecciones comunes y lesiones menores volverian a ser potencialmente mortales.
La tuberculosis es una infección bacteriana (causada por el Mycobacterium tuberculosis) que se contagia a través de gotas expulsadas cuando enfermos con tuberculosis activa tosen, estornudan o hablan. Si las personas así “infectadas” tienen un sistema inmune eficaz la infección permanece latente en los pulmones, pero si están debilitadas la bacteria se expande por otros tejidos, causando enfermedad y o muerte.
La desnutrición, la edad avanzada y el SIDA son importantes depresores del sistema inmune, y las personas infectadas por VIH son especialmente vulnerables a la tuberculosis.
En 2015, se estimaba que en el mundo había unos 37 millones de personas infectadas con VIH/sida, y una tercera parte de los cuales murieron por tuberculosis, siendo el problema es especialmente agudo en África subsahariana.
Las estadísticas de OMS 2018, indican que la tasa de nuevas infecciones a nivel mundial de VIH fue de 0,05 (por 1.000 personas no infectadas), con un máximo de 1,24 en la región Africana, y un mínimo la región el pacífico oriental.
Sida y tuberculosis © ISGlobal (Instituto de Salud Global, Barcelona)
Los países con máximas incidencias de VIH y de tuberculosis en 2016 eran todos africanos
© Estadísticas de OMS 2018,