Agricultura periurbana y seguridad alimentaria en la región Urbana de Madrid

La siguiente exposición forma parte del libro Huerta y campos de Fuenlabrada. Un paisaje Agrario con Historia y Futuro, resultado del proyecto de investigación “Paisajes patrimoniales de España”, sobre el estudio de la construcción histórica del paisaje agrario, desarrollado a través de un Convenio de Colaboración entre la concejalía de Sostenibilidad del Ayuntamiento de Fuenlabrada y el grupo de Investigación Paisaje y territorio en España, Europa Mediterránea y América Latina de la Universidad Autónoma de Madrid. Hemos querido ofrecer una selección de imágenes históricas de finales de los cuarenta y los años cincuenta cedidas por los vecinos y por el archivo fotográfico del Ayuntamiento de Fuenlabrada en su estado original, en algunos casos con poca calidad técnica, y desiguales, pero con un enorme interés desde el punto de vista de la historia social y económica de un pueblo rural hoy convertido en una ciudad de 200.000 habitantes así como para la región metropolitana de Madrid.

Hasta mediados de los años cincuenta, la identidad territorial y paisajística de la región urbana madrileña estuvo enraizada en un territorio rural de base agraria, dominado por paisajes de campiñas y llanuras de labor de secano - con cultivos de cereal y leguminosas, de olivares y viñedos- y pequeñas huertas destinadas en su mayoría al autoconsumo. Estos paisajes, que estuvieron localizados en la ciudad Madrid y en el sur de la región, se caracterizaron hasta mediados del siglo XX, por ser sistemas que desarrollaron ciclos de materia casi cerrados entre el núcleo urbano y su entorno agrícola.

Fueron paisajes con una fuerte carga cultural, con un claro protagonismo de la propiedad minifundista, eminentemente familiar, que desarrollaban una agricultura orgánica que a la vez gestionaba un importante patrimonio de bienes propios y del común. En el pasado, los sistemas agrarios periurbanos desempeñaron un importante papel en el abastecimiento alimentario de la capital, además de responder a la demanda local de sus antiguos municipios rurales, hoy ciudades metropolitanas.

Por el proceso de expansión metropolitana, las campiñas y llanos del sur más próximos a la capital, como muchos otros paisajes tradicionales en España, se vieron sometidos a profundos cambios. En la actualidad, sólo algunos de estos paisajes alimentarios se conservan, a pesar de su importante valor, no sólo para asegurar la seguridad alimentaria urbana, sino también por sus valores culturales, históricos y ecológicos. Estos paisajes agrarios periurbanos que funcionaron en el pasado en clave bioregional, están ante un futuro incierto. En primer lugar, por la ausencia de políticas específicas por parte del gobierno regional que eviten la destrucción desenfrenada producida por las presiones de la actividad urbanística. Y por otro lado, por la evidente ruptura producida por la dominación de la cultura de masas que rechaza lo agrario, lo local y lo tradicional, y que ha culminado por romper los vínculos entre la ciudad y su conexión con el entorno rural más cercano, fruto del desarrollo de la globalización del sistema alimentario. Por otro lado, la baja rentabilidad del sector primario está produciendo el abandono de gran parte de la actividad agraria periurbana y el deterioro del patrimonio cultural que albergaban sus paisajes, perdiendo su valor simbólico.

En definitiva, la ocupación desmesurada del suelo fértil, el alto consumo de recursos no renovables, la deslocalización y desterritorialización de los alimentos y el alto consumo energético, son factores que se están revelando claramente como impulsores de la crisis ecológica y de la inseguridad alimentaria del siglo XXI, no sólo a nivel local sino también a escala planetaria. Sin embargo, como se verá más adelante, comienzan a surgir algunas iniciativas locales lideradas por ayuntamientos como el de la ciudad de Fuenlabrada y por las redes alimentarias y territoriales en defensa de los espacios agrarios como la Federación Intervegas que están revirtiendo esta tendencia.

Carolina Yacamán Ochoa es Doctora en Geografía por la Universidad Autónoma de Madrid (UAM). Actualmente trabaja como profesora asociada de Geografía Regional en la Universidad Complutense de Madrid. Forma parte del grupo de investigación Paisaje y Territorio en España Europa Mediterránea y América Latina del departamento de Geografía de la Universidad Autónoma de Madrid (PAYTEAL, HUM-F-038), reconocido e incluido en el registro de Grupos de Investigación de excelencia de la Universidad Autónoma de Madrid. Su principal línea de investigación está enfocada a la planificación, ordenación y gestión de los espacios agrarios en las áreas metropolitanas, prestando especial atención a las políticas y prácticas que plantean escenarios alternativos al modelo neoliberal de construcción de ciudad. En estas áreas ha realizado diversas publicaciones científicas y ha colaborado en diversos proyectos de investigación científica.