Transformación de la sociedad agraria tradicional

Transformación de la sociedad agraria tradicional
Fecha desconocida. Propietarios, campesinos y jornaleros, Fuenlabrada (Madrid) © María de los Ángeles de la Vieja Escolar

Transformación de la sociedad agraria tradicional

Durante el proceso desamortizador de Mendizábal y Madoz (entre 1837 y 1874) se pasó a un nuevo modelo de acumulación dominado por una nueva élite de poder local, de carácter terrateniente, que generó un impacto considerable en la estructura agraria madrileña. Como consecuencia, se desencadenó la transformación de la sociedad rural madrileña, debido al desequilibrio de la balanza en relación a la estructura y propiedad de la tierra.  Se redujo el número de labradores campesinos propietarios de sus tierras por el aumento de jornaleros trabajadores que habían perdido su patrimonio, constituyendo la propiedad de la tierra el eje central sobre el que pivotó la nueva sociedad burguesa. Los propietarios que se convirtieron en jornaleros fueron básicamente aquellos que poseían menores rentas y que no podían hacer frente a las constantes cargas fiscales de todo tipo existentes en aquella época —real, eclesiástica y concejil—, o que habitaban en municipios donde fueron despojados de las tierras comunales.

Según las averiguaciones de García Alcalá, una importante superficie de Getafe y Móstoles quedó en manos de propietarios foráneos, sobre todo nobles y burgueses madrileños, mientras que investigaciones realizadas en estudios anteriores muestran que en otros municipios cercanos como Fuenlabrada y Leganés la propiedad del suelo fértil permaneció en manos de pequeños propietarios con una fuerte vinculación y arraigo con su territorio. Sólo en el caso de Fuenlabrada, las campiñas de secano y regadío permanecen, por un lado gracias a que los predios siguen en mano de pequeñas familias de agricultores cuya actividad fue rentable hasta finales del siglo XX, y, por otro lado, gracias a que el plan general urbano protegió dicha zona.