De la parteria tradicional a la profesional
La reproducción ha sido el destino obligado de la mayoría de las mujeres en todas las poblaciones y la atención de su vida reproductiva ha estado en manos de parteras durante más de 200.000 años; durante ese prolongado periodo de tiempo las características de la anatomía reproductiva y el proceso fisiológico del parto humano no se han modificado. En las últimas décadas del siglo XX, los países europeos desarrollan políticas sanitarias, sociales y técnicas para reducir las elevadas tasas de mortalidad materna, (en torno a 600 por cien mil), consiguiendo hacia 1830 tasas de 70 por cien mil, que es la meta a alcanzar para los países menos favorecidos en 2030, (Objetivo De Sostenibilidad ODS3.1).
En estos países, los programas para reducir la mortalidad materna se inician en los años sesenta y setenta del siglo XX, a medida que se completaban sus difíciles procesos de descolonización; un objetivo principal era capacitar a las parteras tradicionales e incorporarlas transicionalmente a los sistemas nacionales de salud, mientras se establecían titulaciones medias y superiores para formar parteras profesionales. Valoraciones recientes de esos procesos evidencian importantes avances globales en muchos países, que sin embargo mantienen grandes diferencias entre sus poblaciones rurales y urbanas, entre sectores poblacionales con diferentes niveles de ingresos y entre poblaciones indígenas y no indígenas. Entre 2006 y 2014 en el conjunto de la región africana solo el 54% de los partos fueron atendidos por parteras profesionales, frente al 99% de la región Europea.
La partería profesional se define como los servicios de salud y el personal sanitario con recursos y formación cualificada para la atención sexual y reproductiva de las mujeres. OMS reconoce el papel clave de estas parteras y sus habilidades profesionales para contribuir a la consecución de los de Objetivos de Sostenibilidad y satisfacer el 87% los servicios destinados a salud sexual y reproductiva, sin embargo, la realidad de muchas poblaciones rurales, indígenas, pobres y aisladas, es que las parteras tradicionales todavía representan el principal apoyo real para la salud materno-infantil.
Revisar y comparar aspectos concretos de la partería tradicional en diferentes poblaciones y su ritmo de transformación temporal (dónde ocurre el parto, quién lo atiende, cómo se maneja, qué remedios utiliza), proporciona una información esencial para comprender su persistencia en nuestra especie durante al menos 8.000 generaciones, las razones que explican las desigualdades señaladas y algunas claves para conseguir la integración con éxito de los sistemas tradicionales de salud en la sanidad moderna, en los países interculturales.