Una sociedad tolerante

Una sociedad tolerante
2003. Familia en Samarra. Fotografía: José J. Revenga © José J. Revenga

Una sociedad tolerante

Como la propia ciudad en donde está tomada la foto, en Samarra (situada a 125 kilómetros al norte de Bagdad), al pie del famoso minarete en forma de zigurat de la mezquita del siglo IX, esta familia es mixta: marido y mujer pertenecen a distinta comunidad religiosa, en este caso, chií y sunní. Esta era la norma de los matrimonios en el país, que distribuían a hijos e hijas en la práctica de una y otra comunidad si los padres eran practicantes, a fin de preservar ambas tradiciones. Indicar la confesión religiosa se consideraba de mala educación, y las personas sabían la religión de amigos y vecinos al ser invitadas a sus respectivas celebraciones.

La distribución poblacional de Bagdad y otras grandes ciudades estaba marcada más por la estructuración socioeconómica que por la comunitaria, si bien los sectores sociales más desfavorecidos eran predominantemente chiíes. 

Tras la invasión de 2003, la violencia sectaria de los grupos paragubernamentales de orientación chií dividió Bagdad y otras ciudades en guetos confesionales y determinó a partir de 2006 la salida masiva de población sunní y de las minorías religiosas, como las de las distintas comunidades cristianas, más intensamente en las ciudades del sur del país. Antes de la invasión, los cristianos iraquíes de las distintas iglesias constituían el 12 por ciento de la población del país (1,2 millones de personas). Durante la ocupación, las milicias sectarias progubernamentales chiíes forzarán su salida por medio del terror: a mediados de 2006 se calculaba que la mitad de la comunidad cristina iraquí había abandonado su país.