Salud y trastornos de conducta masculina: alimentación, actividad física y conducción imprudente
La vigorexia o dismorfia muscular es otra enfermedad ligada al culto al cuerpo, identificada en 1993. Es un desorden emocional, caracterizado por una percepción distorsionada del cuerpo, que afecta mayoritariamente a hombres de 18 a 35 años, con apariencia normal o incluso claramente musculosa pero que se perciben como pequeños y débiles. Se asocia con un obsesión enfermiza por ganar masa muscular a través de ejercicio intenso y de dietas ricas en proteínas y sin grasa, que en ocasiones complementan con hormonas propias (endorfinas) y anabolizantes externos, frecuentemente consumidos por culturistas, pero también por algunos famosos atletas olímpicos como Ben Johnson, descalificado en las Olimpiadas de Seúl.
Las endorfinas las produce el cuerpo humano de manera natural en diferentes circunstancias, como la actividad física o durante el parto: son relajantes, aplacan el dolor y generan bienestar. Algunos vigoréxicos elevan voluntariamente su nivel de endorfinas a través del ejercicio para sentirse bien o aplacar dolores musculares derivados del exceso de ejercicio, y pueden hacerse dependientes a esos niveles, creando problemas de adicción a las propias endorfinas y/o a drogas alternativas.
Sobre las consecuencias para la salud derivadas del ejercicio abusivo y seguir una dieta estricta, además de desgarros musculares y artritis, se han detectado problemas renales. Si hay además consumo de anabolizantes, aumenta el riesgo de problemas cardíacos o de hígado.
Hay poca información sobre su prevalencia poblacional. La estima para España es de uno por cada 10 hombres que asisten diariamente a un gimnasio. En EEUU el consumo de esteroides en hombres no culturistas se estima en el 4-11%.
Las bases de datos de la OMS proporcionan indicadores de salud y mortalidad en la adolescente, útiles para enmarcarlos en el contexto de la Agenda 2030. Respecto a la conducción imprudente, a nivel mundial el 59% de las persona fallecidas en siniestros de tráfico tienen entre 15 y 44 años, y el 77% son hombres, siendo la primera causa de muerte entre los 15 y 29 años. Los traumatismos resultantes son un grave problema de salud pública. Peatones, ciclistas y motoristas representan la mitad de las muertes de tráfico. [Cristina Bernis]