El ciclo vital humano en los albores del Antropoceno
Los ciclos vitales de todas las especies reflejan adaptaciones y ajustes que han debido realizar para vivir en los ecosistemas que ocupan y sobre los que tienen una cierta capacidad de modificación. En nuestra especie, que es biocultural, la capacidad de transformación ambiental se maximiza y acelera a lo largo del tiempo ligada a los determinantes esenciales de su ciclo vital (reproducción, viabilidad por edades y crecimiento poblacional) y a su compleja organización social y tecnológica para obtener alimentos, agua y todo tipo de recursos materiales.
Es importante situar la evolución del ciclo vital humano en la escala temporal de la historia de la Tierra a fin de comprender la interacción entre su adaptación biocultural al medio que ocupa y su capacidad de modificarlo a través de su conocimiento cultural y tecnológico. Los sucesos de la historia de la Tierra y de la vida se ordenan cronológicamente en grandes unidades estratigráficas, las eras, divididas en unidades de tiempo menores: periodos y épocas. El periodo Cuaternario tiene dos épocas: el Pleistoceno iniciado hace 2,9 millones de años, caracterizado por las glaciaciones y por la aparición de nuestra especie hace en torno a 300.000 años; y el Holoceno, iniciado hace unos 11.600 años, caracterizado por un clima más templado y por la aparición de la agricultura y la vida sedentaria.
El término «Antropoceno» se ha incorporado recientemente al lenguaje cotidiano para designar el momento actual en el tiempo, caracterizado por una acelerada destrucción ambiental de origen humano. Hay, sin embargo, discrepancias sobre su cronología, dependiendo de la revolución cultural con la que se asocie su inicio, la agrícola para algunos autores o la industrial para la mayoría. Aunque el término nació en la primera mitad del siglo XX se hizo popular a principios del siglo XXI, cuando Paul Crutzen, Nobel de Química en 1998, lo propuso para designar una nueva era geológica caracterizada por la rápida y extensa destrucción de los ecosistemas derivada de la acción humana. Su denominación como nueva era no ha sido oficialmente ratificada por la Comisión Internacional de Estratigrafía. Sin embargo, su incorporación al lenguaje cotidiano es ya irreversible. [Cristina Bernis]
La Sala 3, “El ciclo vital humano en los albores del Antropoceno”, ha sido diseñada y coordinada por Cristina Bernis, codirectora del Museo Virtual de Ecología Humana, catedrática de Antropología Física y profesora invitada del Departamento de Biología de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM). Inês Varela-Silva ha elaborado la Galería 2. Varela-Silva, profesora titular de Biología Humana en la Facultad de Deporte, Ejercicio y Ciencias de la Salud de la Universidad de Loughborough (Loughborough, Reino Unido), utiliza un enfoque biocultural para evaluar los resultados nutricionales y de salud entre las familias de países de ingresos bajos y medios, principalmente en América. Dirige además el Proyecto Maya, un proyecto de intervención social de la Universidad de Loughborough, que combina el arte y los resultados de la investigación para retratar las realidades biosociales de los mayas en Mesoamérica. Las Galerias 1, 3 y 4 han sido elaboradas por Cristina Bernis con aportaciones de Carlos Varea (Galería 3), Esperanza Gutiérrez Redomero (Galerías 3 y 5), Rosario López Gregoris (Galería 4) y José Miguel Martínez Carrión (Galería 5). Esperanza Gutiérrez Redomero, doctora en Ciencias Biológicas, es profesora titular de Antropología Física en la Universidad de Alcalá y directora del Instituto Universitario de Investigación en Ciencias Policiales (IUICP). Rosario López Gregoris es profesora titular de Filología Latina y Secretaria Académica del Instituto Universitario de Estudios de la Mujer en la UAM, donde desarrolla su actividad docente e investigadora desde hace 28 años, centrada en la semántica latina, el teatro latino, la recepción clásica y los estudios de género. José Miguel Martínez Carrión, doctor en Historia y catedrático de Historia e Instituciones Económicas de la Universidad de Murcia, es coordinador de la Red Temática NISALDes (Niveles de vida, Salud, Nutrición y Desigualdad. Siglos XVIII-XXI) del programa de acciones de dinamización “Redes de investigación” del MICINN, y miembro de la Red Iberoamericana de Historia Antropométrica.