Migración en el siglo XXI: dimensión, tipos y localizaciones
Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), en 2019 se registraron 271,6 millones de migrantes internacionales (el 3,5% de la población mundial), de los cuales el 48% eran mujeres; el 14%, niños y niñas; el 0,1% estudiantes internacionales; y el 11,8%, personas mayores de 65 años. La distribución por grandes áreas de acogida es muy semejante entre Asia (31%) y Europa (30%), seguidas por América del norte y del sur (26%), y mucho más reducida en África (10%) y Oceanía (3%). Los tres principales países de acogida ese año fueron EEUU, Alemania y Arabia Saudí, y los tres principales países de salida India, México y China. Según Unicef, los niños representan casi la mitad de los 50 millones de migrantes y refugiados del mundo, incluidos los desplazamientos tanto interiores como exteriores.
Coexisten muchos tipos de migraciones (voluntarias o forzosas, nacionales o internacionales), por diferentes causas (laboral, estudios, desastres naturales, conflictos armados), individuales, familiares o grupales, legales o ilegales, y según las características biológicas de sus protagonistas, ligadas a sus ciclos de vida (sexo y edad). La OIT proporciona la más completa información sobre migración mundial, incluidos indicadores para su evaluación. El portal de datos mundiales sobre la migración (ONU-DAES) tiene tres entradas especialmente relevantes: sobre «datos», con mapas figuras y estadísticas globales y por países; y sobre «temas», con cinco entradas («Estadísticas de inmigración y emigración», «Tipos de migración», «Migración y vulnerabilidad», «Migración y desarrollo», y «Política migratoria») con información complementaria sobre migración en las diferentes etapas del ciclo vital, y ODS y el denominado Pacto mundial para la migración segura, ordenada y regular.
Sobre aspectos específicos de migración internacional y nacional, se estima que unos 21 millones las personas son obligadas a realizar lo que explícitamente se denomina «trabajo forzoso y otras formas de esclavitud moderna» que podrían estar aumentando, y que presenta un marcado sesgo por género y edad, ya que más de la mitad son mujeres y niñas, muchas de las cuales están sometidas a esclavitud sexual a través de prostitución forzada. Los cinco productos con mayor proporción de trabajo esclavo son portátiles, ropa, pesca, cacao y caña de azúcar (cuyo cultivo en América fue una de las causas de la esclavitud forzada de los africanos). [Cristina Bernis]