Medicina
III Usos y usuarios
El médico y farmacólogo griego Dioscorides de Anazarbo (siglo I) dice lo siguiente sobre las cualidades médicas de la tinta de escribir:
«Es conveniente para las llagas infectadas y las quemaduras de fuego, mezclada con agua y aplicada espesa, en forma de ungüento, y dejándola estar hasta la cicatrización, pues, una vez curadas las llagas, la unción con tinta cae por sí sola.» (De materia medica 5.162.2)
La tinta premoderna se caracteriza por estar hecha con sustancias naturales a las que la medicina y la farmacología antiguas reconocían diversas propiedades terapéuticas. Por ejemplo, a la goma arábiga se le atribuían propiedades astringentes, adecuadas para tratar heridas abiertas (De materia medica 1.101); el hollín de la madera de pino era bueno para las afecciones de los ojos (ibid. 1.69), etc. No es de extrañar, por lo tanto, que la tinta fuera considerada también un pharmakon, una «sustancia con propiedades especiales», en este caso, medicinales.