Medicina

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515. ‘Dioscórides de Viena’ (folio 36v). Constantinopla. Este manuscrito bizantino, que contiene una copia del tratado ‘De materia medica’ del médico griego Dioscorides de Anazarbo (siglo I), fue realizado para la princesa bizantina Anicia Juliana (circa 462-circa 528). Famoso por el preciosismo de sus ilustraciones, en los siglos posteriores fue empleado en el hospital imperial de Constantinopla, como atestiguan las anotaciones en griego y árabe de sus páginas. Wikimedia Commons, Licencia 'Creative Commons' 0 1.0 Universal

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III Usos y usuarios

El médico y farmacólogo griego Dioscorides de Anazarbo (siglo I) dice lo siguiente sobre las cualidades médicas de la tinta de escribir:

«Es conveniente para las llagas infectadas y las quemaduras de fuego, mezclada con agua y aplicada espesa, en forma de ungüento, y dejándola estar hasta la cicatrización, pues, una vez curadas las llagas, la unción con tinta cae por sí sola.» (De materia medica 5.162.2)

La tinta premoderna se caracteriza por estar hecha con sustancias naturales a las que la medicina y la farmacología antiguas reconocían diversas propiedades terapéuticas. Por ejemplo, a la goma arábiga se le atribuían propiedades astringentes, adecuadas para tratar heridas abiertas (De materia medica 1.101); el hollín de la madera de pino era bueno para las afecciones de los ojos (ibid. 1.69), etc. No es de extrañar, por lo tanto, que la tinta fuera considerada también un pharmakon, una «sustancia con propiedades especiales», en este caso, medicinales.