Una comunidad dinámica en su breve historia
Como la migración a la presa en construcción se produjo en familia, en esta comunidad obrera hubo gente de todas las edades: abuelos y padres, parejas y descendientes de las personas que trabajaban en la presa. José Melguizo (Madrid, 1935), ayudante del ingeniero, afirma que en esta obra llegaron a tener contratados 660 obreros. La cifra de personal sería mayor, sumando quienes no tenían contrato. Considerando que una parte vivía allí con su familia, Melguizo calcula que en la etapa de más actividad quizás llegase a haber 2.000 personas viviendo en torno a la construcción de la presa.
Durante los 15-20 años de vida de la comunidad a medida que avanzaba la obra llegaban nuevos habitantes y marchaban otros. Hubo muchos nacimientos, así como matrimonios. Los diversos núcleos de población en torno a la presa se relacionaban por motivos laborales y para cubrir ciertas necesidades básicas (educación, salud, relación social).
Abuelas y tías que vivían en otras localidades pasaban temporadas en la presa para ayudar en la crianza, y esposas e hijos iban al poblado para visitar a padres o hermanos. La hermana de Juan Manuel Román García (Ubrique, 1958) recuerda que siendo niña de vez en cuando iba caminando con su madre al pantano para estar junto a su padre: «Eran muchos kilómetros. Íbamos varias familias juntas, como en romería, y los mayores se turnaban para atendernos a los más pequeños y llevarnos en bestias».