Creando identidad en la diversidad cultural

Creando identidad en la diversidad cultural
1956. Equipo de fútbol ‘Los Hurones’ estrenando equipo blanco. Entre otros jugadores están Luis Prieto, mecánico, y Enrique Tizón, delineante. Poblado de Los Hurones (Cádiz). Fotografía cortesía de Luis Prieto

Creando identidad en la diversidad cultural

Una parte de los trabajadores de la presa de Los Hurones eran de origen gallego, y mantuvieron su cultura: hablaban en gallego entre ellos, preparaban platos tradicionales gallegos y hacían sus fiestas. Virgilio Pais (Negreira, A Coruña, 1946), que llegó muy pequeño a Los Hurones, afirma:

«Nosotros cultivábamos grelos y col gallega; trajimos de Galicia las semillas. Mi padre cogía sacos de bellotas para criar los cochinos; los mataban, salaban los tocinos, metían la carne en manteca y hacían chorizos y jamones. Preparábamos caldo gallego y filloas (tortitas de harina y agua o caldo). Cuando había fiesta en Los Hurones en mi casa se juntaban muchos gallegos. Mi padre tocaba una gaita que tenía y se ponían a cantar muñeiras y rianxeiras».

Las familias del pantano iban a las fiestas de Algar, si tenían ocasión. Dos días al año la empresa Portolés y Compañía S.A. organizaba fiestas en los poblados obreros de su contratas: el día de la Virgen del Pilar, patrona de Zaragoza, ciudad de origen de los socios principales de la empresa; y el día 18 de julio, fecha del golpe de Estado que desembocó en la guerra de 1936-1939, en que se celebraba la llamada Fiesta de Exaltación del Trabajo.

El equipo de fútbol de la empresa Portolés y Compañía S.A. era llamado popularmente Los Hurones. El campo de fútbol era de tierra y lo hicieron los propios aficionados fuera de las horas de trabajo. Un delineante que era profesor de educación física los entrenaba dos veces a la semana, de seis a ocho de la mañana, y jugaban los domingos.

Además surgieron tradiciones que nos hablan de la necesidad e inquietud humana de hacer lazos. Los jóvenes hacían romerías al caserío de La Alcaría acompañados del sacerdote, y por el mes de mayo se institucionalizó la fiesta de Roar los Huevos, tradición que hoy día se practica en diversos lugares de España, llevada a Los Hurones por algunas familias extremeñas. Virgilio Pais explica: «Íbamos andando como en romería al llano de La Jarda, se llevaba la comida y se echaba un día de campo. Cogíamos huevos cocidos y se roaban ladera abajo. Al roar los huevos se pelaban solos. Bajábamos a por ellos ¡y a comérselos!».