Salud, bienestar y demografía
En 2019 algunos gobiernos solicitaron la colaboración de los expertos de la «Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible» (SDSN) para establecer unas líneas estratégicas para abordar de manera transversal y manejable las numerosas metas e indicadores propuestos para los 17 ODS. Sachs y sus grupo de expertos propusieron un primer borrador de 2019 organizado en «seis amplias transformaciones universales», definidas por conjuntos de ODS ligados entre sí, dos de las cuales se refieren específicamente a salud «Educación, género y desigualdad» y «Salud, bienestar y demografía».
Juntas, las seis transformaciones propuestas cubren las intervenciones clave para alcanzar los 17 ODS. Personas expertas están preparando un nuevo informe para incorporar nuevas sugerencias de las partes interesadas. Para cada una de esas transformaciones universales indican el ministerio que debe asumirla, un conjunto de ODS interconectados para su evaluación temporal, y las líneas estratégicas necesarias para conseguir las metas en el tiempo esperado (por países y áreas geográficas).
La segunda transformación, «Salud, bienestar y demografía», es un dominio de ODS cuyas intervenciones deben ser implementadas por los ministerios de salud para garantizar la cobertura universal de salud, promoviendo comportamientos saludables y abordando los determinantes sociales de la salud y el bienestar. Se dirige específicamente a tres objetivos, ODS2 («Hambre cero»), ODS3 («Salud y bienestar») y ODS5 («Igualdad de género»), pero tienen importantes sinergias con otros más, ODS1 («Pobreza no»), ODS4 («Educación de calidad»), ODS8 («Trabajo decente y crecimiento económico») y ODS10 («Reducir la desigualdad»). Eso implica que los resultados para cada ODS requieren contribuciones de más de una transformación.
A nuestro juicio, debería incluir también el ODS 6 («Agua y sanitarios»), un ámbito incluido ya en la declaración fundacional de las Naciones Unidas (de 1948) como condición imprescindible para garantizar la salud, junto con el derecho a nutrientes y a servicios de salud. En 2015, el 10% de la población mundial carecía de acceso a una fuente de agua potable, y el 40% no disponía de sanitarios, lo que se asocia con elevadas tasas de morbimortalidad en menores de cinco años por diarrea. Por ello, no es casual que la Asamblea General de las Naciones Unidas estableciera en 2015 el acceso a saneamientos como un derecho humano independiente.
La figura superior muestra la evaluación de los seis primeros ODS por áreas geográficas en 2018. Los dos ODS más directamente asociados con salud (ODS2 y ODS3) presentan la peor situación global, ya que para el ODS3 (el de salud) persisten graves desafíos en cinco de las áreas geográficas, y para el ODS2 (de nutrición) persisten en cuatro de ellas. África subsahariana y Oceanía, con sus seis ODS en rojo, presentan la peor situación. La mejor situación corresponde a Europa central y del Este, que solo mantiene en rojo el ODS2, indicando problemas nutricionales graves (asociados a la obesidad). En cada conjunto geográfico se incluyen los países que en 2017 habían conseguido cumplir algún objetivo, especificando en verde, cuántos y cuáles. [Cristina Bernis]