Revistas de matronas
Uno de los problemas al que se enfrentaban las matronas que trabajaban en zonas remotas de la geografía española, tras finalizar sus estudios, era el aislamiento y la dificultad para poder actualizarse. Para evitar este inconveniente, en Santa Cristina se empezaron a convocar cursillos anuales de actualización para matronas a los que acudían profesionales de toda España. Otra forma de solventar estos problemas fue a través de la prensa profesional. Antes de la Guerra Civil hubo diversas publicaciones periódicas destinadas a las matronas, pero el estallido de la contienda significó el final de todas ellas.
En 1953, salía a la luz el primer número de la revista Matronas, órgano oficial de la Escuela de Matronas de Santa Cristina de Madrid. La revista estaba dirigida a las matronas, pero su creador y director fue el profesor Francisco Orengo Díaz del Castillo.
Esta revista era especialmente valorada por esas matronas de las zonas rurales, que tenían muchas dificultades para estar al tanto de las novedades que se producían en la profesión. Así lo demuestra la sección de «Cartas al Director», en la que mes tras mes las matronas escribían quejándose de las penosas situaciones en que se encontraban, el intrusismo que sufrían y sus malas condiciones económicas y laborales. En la revista escribían artículos tanto matronas como médicos, aunque probablemente, con un mayor porcentaje de estos últimos. También contenía otras secciones como una dedicada a la religión, otra humorística, y otra sección oficial que servía para actualizar a las matronas en cuanto a las nuevas disposiciones legales sobre la profesión o sobre los concursos de plazas que salían en todo el territorio nacional.
A esta primera publicación para matronas de la época de la postguerra le salió competencia con la aparición de la revista Súrgere, órgano de expresión de la sección Matronas del Consejo Nacional de Auxiliares Sanitarios que se creó tras la unificación de los estudios de 1953