Los útiles del oficio

Los útiles del oficio
Circa 1924. Maletín de matrona y estetoscopio de Pinard. Fotografía de Dolores Ruiz-Berdún © Dolores Ruiz-Berdún

Los útiles del oficio

Hoy en día, cuando se va acercando la fecha probable de parto, si este va a ser hospitalario, la embarazada prepara una bolsa o maleta para llevarse consigo cuando siente que ha llegado el momento. Cuando los partos eran (algunos son todavía) a domicilio, era la matrona la que debía tener siempre listo el material que va a necesitar. Probablemente este material ha ido aumentando y haciéndose más complejo con el paso del tiempo, pero para las primeras matronas graduadas en Santa Cristina probablemente las cosas eran diferentes. Por supuesto, un maletín como el que aparece en la imagen era indispensable para acarrear el resto de material.

A las matronas nunca se les permitió legalmente atender partos instrumentales, pero en la práctica se ha constatado que muchas que trabajaron en zonas remotas de la geografía no tuvieron más remedio que aprender a usar en fórceps. Tampoco se las permitía prescribir medicación, pero los médicos les hacían recetas para poder usar oxitócicos u otros en caso de necesidad, es decir, en la práctica sí que prescribían. Así que es posible que estos elementos formasen parte de algunos de esos maletines. También solían llevar una bata limpia o al menos un mandil para protegerse y proteger a la madre de posibles infecciones, guantes, cuando se empezó a generalizar su uso, jabón, tal vez un cepillo de uñas, y muchas gasas y algodón.

El otro objeto que aparece en la imagen es un estetoscopio de Pinard, cuyo desarrollo se atribuye a Adolphe Pinard, pero que en realidad es una modificación del ideado por René Laennec (1781-1826) para auscultar el pecho de una paciente obesa de la forma más recatada posible. Es estetoscopio de Pinard aún es utilizado, especialmente en aquellos lugares donde la alta tecnología no es capaz de llegar, y sirve para comprobar la vitalidad del latido cardiaco fetal antes del expulsivo.