Placa de la puerta de la matrona
Antes de la institucionalización generalizada del parto, cuando todavía muchas matronas trabajaban atendiendo partos a domicilio, era importante darse a conocer para contar con una clientela suficiente para poder ganarse la vida. Las estrategias publicitarias de las matronas pasaban por insertar anuncios en la prensa y poner diversos tipos de carteles en su domicilio para que las personas que viniesen a buscarlas las encontrasen fácilmente. Lo más habitual fue utilizar placas esmaltadas que se situaban en la fachada del edificio, aunque, por supuesto, el boca a boca era fundamental para estas profesionales. Si una mujer quedaba contenta con la matrona que la había atendido en su parto, lo normal era que no se limitase a contar con ella en sus siguientes embarazos, sino que la recomendase a sus familiares y amigas. Sin embargo, el avance de los seguros sociales y la generalización de la atención hospitalaria al parto hizo que las cosas se pusieran difíciles para las matronas que trabajaban atendiendo partos en casa.
En la imagen vemos la placa que tenía Josefina San Martín Lanchas en la puerta de su casa, con timbre incluido. Josefina, natural de Ávila, ingresó en la Casa de Salud de Santa Cristina, como alumna externa, en octubre de 1948. Al terminar sus estudios, en lugar de volver a su tierra natal, se afincó en Madrid como tantas otras alumnas que estudiaron en Santa Cristina. Josefina es otro ejemplo del proceso de institucionalización que sufrieron las matronas en España: casi veinte años después de obtener su título de matrona, se presentó a un concurso-oposición para obtener una plaza de matrona en las instituciones sanitarias de la Seguridad Social. En 1970 estaba trabajando en la Maternidad de la Residencia Sanitaria «La Paz» de madrid, que había abierto sus puertas el 6 de julio de 1965.