Objetivo 14: Vida submarina

Objetivo 14: Vida submarina
Puestos de pescado en Essaouira (Marruecos), 2011 (arriba) y en un supermercado de Segovia (España), 2018 © F. Sánchez Aguado

Objetivo 14: Vida submarina

La sobrepesca, la contaminación y los efectos cada vez más adversos del cambio climático están poniendo en peligro los océanos. Dado que el agua potable, el clima, el tiempo, las costas, gran parte de nuestros alimentos y hasta el oxígeno del aire que respiramos provienen en última instancia del mar y son regulados por este, su crisis no es una buena noticia. Las aguas costeras se ven sometidas a un deterioro continuado debido a la contaminación y la eutrofización, mientras que la acidificación del agua, a consecuencia de las emisiones de CO2, está poniendo en riesgo a los arrecifes de coral y a multitud de especies animales con caparazones de carbonato cálcico.

Con las siguientes fotos se ilustran dos modelos de explotación pesquera antagónicos; arriba, pesca artesanal de bajura: menor volumen de capturas absolutas pero mucho más eficiente en términos de capturas/tonelada de combustible, menos contaminante, menos agresiva con los stocks de peces, generadora de muchos más empleos y producto destinado básicamente a consumo humano. Abajo, pesca industrial (y peces de cultivo): mayor volumen de capturas absolutas, menos eficiente, más contaminante, menos generadora de empleo, más depredadora (peces no objetivo devueltos muertos al mar), y producto destinado parcialmente para la fabricación de harinas para piensos.
Algunas metas de este Objetivo 14 (Conservar y utilizar en forma sostenible los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible) son: prevenir y reducir significativamente la contaminación marina, minimizar los efectos de la acidificación, poner fin a la pesca excesiva, la pesca ilegal, y las prácticas pesqueras destructivas, y aplicar planes de gestión con fundamento científico a fin de restablecer las poblaciones de peces en el plazo más breve posible.