Meta 6.5: gestión integrada de los recursos hídricos (II)
La gestión integrada de los recursos hídricos (GIRH) es un proceso que promueve el desarrollo y manejo coordinados del agua, la tierra y otros recursos relacionados, con el fin de maximizar el bienestar económico y social resultante de manera equitativa, sin comprometer la sostenibilidad de los ecosistemas vitales y su implementación, es una de las grandes Metas que contempla el objetivo 6 de los ODS.
Al implementar la GIRH se está luchando para que no surjan conflictos por el uso del agua cuando la cantidad es limitada, coordina los distintos sectores que tienen intereses para evitar confrontaciones, evita la fragmentación de la gestión del recurso agua, intenta coordinar el uso en base a unidades de cuencas hídricas y de las unidades acuíferas que, aunque tengan una distribución transfronteriza, constituyen la forma más racional para su uso y conservación.
Además, la implantación de los GIRH son un modelo de gestión que lucha contra el cambio climático y los desastres naturales, al ver el agua y todo lo relacionado con ella, de una forma conjunta permitiendo la ordenación sostenible y preventiva de los recursos hídricos.
Los modos de implantar los GIRH se basan en la participación de todos los sectores y agentes interesados en su definición e implantación, en el apoyo a los mismos por la Cooperación Internacional mediante el aporte de conocimiento técnico y científico y en la creación de capacidades, sin olvidar que se requiere apoyar mediante los instrumentos de financiación adecuados.
Una de las formas más importantes de apoyar a los países en vías de desarrollo, es la transmisión de conocimiento en gestión integrada de los recursos hídricos (GIRH) entre países, de los que existen numerosos ejemplos, como el gran acuífero guaraní situado entre Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay. Su gestión es aún más compleja que la de las aguas superficiales, al localizarse en formaciones geológicas de grandes dimensiones, que son explotados por varios países. La sostenibilidad del recurso precisa, incluso con más intensidad que las aguas superficiales, un buen conocimiento hidrogeológico que permita una buena gestión integral.
Si nos quedamos solo en Guatemala, es una realidad que el estado del conocimiento científico técnico de las aguas subterráneas es escaso y más dentro de la visión integral del ciclo hídrico. Esto se debe tanto a que las instituciones universitarias, competentes en la materia, no incorporan en los programas un suficiente conocimiento profundo de esta materia, así como al escaso número de hidrogeólogos que trabajan en el país y, por ende, que afectan al desarrollo profesional de este conocimiento. Todo ello a pesar de que, por el alto grado de contaminación de las aguas superficiales en casi todo el país, la explotación de las aguas subterráneas es una de las principales fuentes de abastecimiento de agua potable.
La imagen muestra una sesión del curso internacional celebrado en el Centro de Formación de la AECID en La Antigua, Guatemala, en el que técnicos del Instituto Geológico y Minero de España, de Tragsatec y de la AECID han formado a técnicos de distintas Administraciones de Latinoamérica en la aplicación del conocimiento de las aguas subterráneas en los proyectos de cooperación internacional.