El derecho universal a agua limpia y saneamiento

Todas las personas que habitan el planeta Tierra tienen derecho a disponer de un agua limpia, sin contaminantes y en cantidad suficiente, que cumpla las exigencias nutricionales y de uso higiénico necesarias para que, desde la niñez hasta la ancianidad tengamos unos estándares de salud adecuada que nos permita disfrutar de nuestra vida con dignidad. En la segunda década del siglo XXI, disponer de agua potable e instalaciones de saneamiento gestionado de forma segura se mantiene como uno de los grandes retos de la humanidad; su carencia incumple el Derecho Humano al Agua y al Saneamiento, reconocido en la histórica resolución que  en 2010 promulgó la Asamblea General de Naciones Unidas.

Con respecto al agua limpia, cerca de 1.800 millones de personas utilizan como agua potable fuentes con serios problemas de contaminación. Además, no solo es un problema la calidad, sino que también afecta a la cantidad: a pesar de que las reservas de agua dulce podrían satisfacer las necesidades de la población actual (incluida la complejidad espacial de su distribución), la escasez de agua afecta a un número de población mundial que supera el 40%. Todo ello se irá agravando si no se toman medidas adecuadas a tiempo, especialmente teniendo en cuenta el componente del  Cambio climático. Aún peor es el estado del acceso al saneamiento en el mundo, donde aproximadamente 2.400 millones de personas carecen de este servicio, ni siquiera de letrinas o lo que se denomina saneamiento básico. Si a ello se une que un 80% de las aguas procedentes de todo tipo de actividades humanas son vertidas a las masas de aguas continentales y marinas, la situación se ha vuelto realmente muy peligrosa.

Estos problemas presentan grandes diferencias y desigualdades geográficas y entre países, que no solo afectan a la gestión del agua y saneamiento en sentido estricto, sino que también lo hacen de manera muy importante sobre los denominados aspectos transversales: la salud, la igualdad de género, la educación, la producción de alimentos y energía, y  los ecosistemas relacionados con el agua y su diversidad biológica.

En ese contexto, la presente Exposición temporal del Museo Virtual de Ecología Humana presenta las seis Metas para el cumplimiento en 2030 del Objetivo 6 de los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS) a través de imágenes e indicadores asociados, si bien con una visión personal del autor basada en su experiencia en cooperación internacional en agua y saneamiento. Cada Meta se ilustra con imágenes de proyectos en los que ha trabajado el autor. El material fotográfico —tanto propio como cedido por colaboradores del autor durante la realización de los proyectos— se centran en la experiencia adquirida durante más de 10 años en la gestión de proyectos internacionales de desarrollo en agua y saneamiento en Haití, México y Guatemala, tanto para la Cruz Roja Española como para el Fondo de Cooperación para Agua y Saneamiento (FCAS) de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).

 

El autor desea expresar su especial agradecimiento a los responsables del Fondo de Cooperación para Agua y Saneamiento de la AECID, de la Cruz Roja Española y de Ingeniería para el Desarrollo Humano (ONGAWA) por la autorización para utilizar materiales y datos en la presente Exposición temporal del Museo Virtual de Ecología Humana.

José Luis Armayor Cachero es Doctor por la Universidad Politécnica de Madrid especializado en Ingeniería del terreno y aguas, con más de 32 años de experiencia en la elaboración y dirección de estudios y proyectos de agua y saneamiento, incluidas la dirección y construcción de infraestructuras asociadas. También ha pasado por empresas privadas y ha trabajado en el Instituto Geológico y Minero de España, dentro del área de Hidrogeología. Actualmente trabaja en Tragsatec (del Grupo Tragsa), dentro del Departamento de Planificación y Gestión Hídrica, empresa y medio propio de la Administración española. Su próximo trabajo se vuelve a volcar en Guatemala, donde participará en el estudio para la sostenibilidad y mejora del suministro al área metropolitana del Valle de Ciudad de Guatemala, donde más de 5 millones de personas están en alto riesgo de perder y/o no tener acceso al suministro de agua potable.