Meta 6.1: acceso universal y equitativo al agua potable a un precio asequible
La Meta 6.1 del ODS propone «de aquí a 2030, lograr el acceso universal y equitativo al agua potable, a un precio asequible para todos». Para aumentar la proporción de población que dispone de servicios de suministro de agua potable gestionados de manera segura, indicador principal de esta Meta 6.1, se requiere que de aquí al año 2030 se aumenten las fuentes de agua potable, se realicen infraestructura de transporte, regulación y distribución, y que se higienicen el agua de forma adecuada para evitar riesgos a la salud y cumplir las necesidades diarias de los demandantes. Todo ello debe ser complementario y coordinado con la necesidad de establecer siempre la sostenibilidad del recurso, factor de gran importancia a considerar, especialmente en estos tiempos actuales donde la lucha contra el cambio climático transcurre lentamente mientras las fuentes de agua, muy sensibles a su ocurrencia, van disminuyendo paulatinamente.
También se deben crear políticas tarifarias justas y realistas, donde la capacidad de pago en función de los ingresos permita el acceso a los servicios por parte de la población, no excluyendo a ningún sector ni a aquellos que por su grado de marginalidad no disponga dinero suficiente para costear estos servicios, situación ante la cual la solidaridad y la cooperación nacionales e internacionales deben aportar su empuje.
Esta Meta se ilustra con dos proyectos en los que ha participado el autor con el Fondo de Cooperación para Agua y Sostenibilidad (FCAS) de la AECID. El primero, ilustrado en la infografía superior, consiste en dar acceso a agua potable y saneamiento controlado a una pequeña comunidad rural e indígena de Guatemala, de etnia mam. En origen, esta comunidad se abastecía mediante el transporte de agua de manantiales situados en un radio lejano al caserío, superior a los 20 minutos de transporte de vuelta, dentro de un terreno muy accidentado y agreste correspondiente a la Cordillera Volcánica de Guatemala. El peso de la gestión del agua en el mundo rural indígena de Guatemala recae siempre en las mujeres.
En los estudios previos de alternativas y viabilidad del proyecto, tanto técnica, ambiental, como económica y legal, se detectaron problemas para identificar el mejor sistema. Los dos proyectos previos analizados eran un bombeo desde las fuentes lejanas y el transporte del agua hasta los beneficiarios, o la construcción de un pozo profundo con instalación de bombeo, tanque de regulación y red de distribución. Pero ambas alternativas se enfrentaron a la dura realidad de una comunidad pequeña, compuesta por 47 familias, de muy bajos ingresos y cuya economía, basada en la agricultura para autoconsumo en su mayor porcentaje, impedía afrontar en un futuro la sostenibilidad técnica y económica de cualquiera de los sistemas (por el coste eléctrico y los costes de mantenimiento).
Pero en una región donde la precipitación media anual supera los 1.000 mm, con dos estaciones muy marcadas, seca y húmeda, la solución más factible fue la construcción de sistemas cosecheros por cada unidad familiar. Estos sistemas consisten en la recogida del agua de lluvia de la cubierta de las casas y mediante un sistema sencillo de tuberías recolectoras y de transporte, incluidos un bypass para eliminación de las primeras lluvias con suciedad y la colocación de filtros de arena de seguridad, permitir que agua cosechada de lluvia se acumule en depósitos de 15 m3 que se irán utilizando a lo largo del año.