Los servicios del poblado obrero
Los servicios creados por Portolés y Compañía S.A. en el poblado obrero junto a la presa de Los Hurones incluían iglesia, hospedería y albergue con habitaciones y comedores, oficinas, laboratorio, talleres, escuelas, hospital y economato. Estaban disponibles para todas las familias y representaron una oportunidad en comparación con las escasas opciones en las aldeas y fincas cercanas. De hecho los habitantes de éstas también se beneficiaron de ellos: se atendían partos y accidentes en los alrededores, compraban en el economato, y niños y niñas asistían a la escuela pública y por Reyes recibían regalos de la empresa, como los de las familias obreras. No obstante, en ninguna etapa de la obra hubo suficiente vivienda y servicios para todos los trabajadores y trabajadoras.
Los testimonios transmiten conciencia sobre las diferencias de clase y de género en la gestión de éstos. Blasina Orellana (Algar, 1944) trabajó limpiando y sirviendo comidas en la hospedería a cargos técnicos (entre ellos Enrique Tizón, retratado en la fotografía) y cocinando en el albergue donde se alojaban los obreros especializados:
«En la hospedería yo llevaba uniforme y servía la comida a diez o doce hombres que se sentaban a comer bien puliditos, pero en el albergue una mujer no podía atender a los obreros así como así; eran hombres quienes servían por las mesas.
«A los obreros se les daba un plato único de garbanzos, judías o lentejas. Y de postre siempre un trozo de membrillo. En la hospedería, de segundo daban un bistec de carne o algún pescado.»