Espaciamiento intergenésico en el pueblo llano

Espaciamiento intergenésico en el pueblo llano
Ca. 1787. «El bautismo de San Francisco». Zacarías González Velázquez. © Museo del Prado, Madrid

Espaciamiento intergenésico en el pueblo llano

VI Nacer, morir, volver a nacer

 

Catalina Zamorana y Lázaro García vivieron en Mieza, provincia de Salamanca. Si se atuvieron al patrón del siglo, habrían contraído matrimonio cuando ella tenía unos 20 años de edad, en torno al 1598 o 1599.  Entre 1600 y 1621 celebraron los siguientes bautizos en la parroquia de San Sebastián: Mateo, el 30 de enero de 1600; Catalina, el 1 de septiembre de 1602 con el nombre de la madre; Isabel, el 12 de marzo de 1606; Ana, el 20 de mayo de 1609; Francisco, el 22 de agosto de 1611; y Ana, el 30 de julio de 1614 de urgencia (se completa de manera solemne el 29 de agosto).

Nótese que el nombre Ana se da dos veces, indicio de que la primera de las dos Anas tuvo corta vida y legó su nombre a la hermana menor. Dar el nombre de un hermano difunto era práctica habitual de la época.

¿A qué se debieron los periodos intergenésicos de más de dos años (a excepción del primer y segundo parto), intervalos más largos de los que solían darse en la Casa Real y en matrimonios aristocráticos? No entran en la cuenta del párroco los malpartos ni las criaturas muertas sin bautismo. Tampoco tenemos cifras sobre abortos provocados con plantas (la ruda, por ejemplo, no sin razón asociada al herbario de las Celestinas) y brebajes, ni de infanticidios. Por último, hay que tener en cuenta el efecto anticonceptivo de la lactancia. Una mujer que da el pecho suele tardar más en concebir que otra que emplea un ama de cría o sustenta al bebé con papillas. Según Bartolomé Bennassar, estos bebés nutridos por la propia madre tenían más probabilidades de sobrevivir las afecciones de la primera infancia. Es por esta razón también que la mortalidad infantil española, por muy alta que fuera, estuviera sin embargo por debajo de la de otros países europeos, como Francia, donde tenía más difusión el empleo de nodrizas. [Wolfram Aichinger y Marie Stockinger]