Índices e indicadores demográficos
Los factores demográficos (incluidos migración, crecimiento poblacional y estructura por edades) son impulsores del cambio ambiental y están íntimamente ligados entre sí y con los determinantes del crecimiento poblacional, la reproducción y la viabilidad diferenciales, que singularizan los ciclos vitales en las poblaciones humanas (ver Galería 5).
Los ODS 1 a 5, 8, 10 y 16 proporcionan información e indicadores sobre las estadísticas vitales de muy diferente fiabilidad en función de los registros demográficos de cada país (entre los más desfavorecidos hay menos de un 50% de registro de nacimientos). Los indicadores biodemográficos proceden mayoritariamente de los institutos nacionales de Estadística y de diferentes agencias de Naciones Unidas, siendo especialmente útil la proporcionada por la OMS en Datos del Observatorio Mundial de la Salud y por la Agencia Mundial de Migración (OIM) en su Portal de datos mundiales sobre la migración. Excelente son los materiales y análisis de Our World in Data, de más reciente establecimiento por varias entidades. En España, el Instituto Nacional de Estadística (INE) ha establecido una sección de su web que incluye datos estadísticos actualizados sobre el seguimiento de cada uno de los 17 ODS y sus 169 metas por medio de 232 indicadores.
En ausencia de migración, el crecimiento y la estructura poblacional dependen de la fertilidad de las mujeres y de la viabilidad de sus descendientes. La tasa de fertilidad media para nuestra especie en 2019 era de 2,5 hijos por mujer, y se estima que en 2050 será de 2,2.
Los países con mayor fertilidad del mundo son todos africanos y tres de ellos mantienen tasas superiores a seis hijos por mujer (Níger, Angola y Mali); las de otros 10 están comprendidas entre cinco y seis, incluida Nigeria (5,07), que es el país africano con mayor tamaño poblacional. Los países con menores tasas de fertilidad del mundo se concentran en el Este y sur de Europa (Lituania, 1,3; Bosnia Herzegovina, 1,2; y España, 1,3), y en el Sur de Asía (Corea del sur, 1,25; Taiwán, 1,1; y Singapur, 0,8). Son tasas de fertilidad menores de 2,1, es decir, que no permiten compensar la mortalidad y si se mantienen producen la reducción del tamaño poblacional. Se estima que en 2050 la población se habrá reducido en un 15% en Japón y en varios de Europa del Este (Bosnia y Herzegovina, Bulgaria, Croacia, Hungría, Japón, Letonia, Lituania, República de Moldavia, Rumanía, Serbia y Ucrania).
La viabilidad diferencial de las personas se evalúa por medio de su edad mediana de muerte, y la de las poblaciones por su esperanza de vida al nacer, que en el conjunto de Homo sapiens fue de 76,6 años en 2019 y que en 2050 se estima será de 77,1. La viabilidad depende de las tasas de mortalidad por edades, siendo determinantes para ambos sexos las muertes de menores de cinco años y para las mujeres las muertes en edad reproductora. Ambas tasas presentan enormes diferencias entre países y regiones geográficas: dos países europeos (España y Suiza) comparten la mayor esperanza de vida del mundo (86 años, para ambos sexos), mientras que tres países africanos acumulan las menores (Sierra Leona, 52; y República Centroafricana y Chad, 53). [Cristina Bernis]