Fortalecimiento de capacidades
Según la Constitución Política —carta magna de la nación—, Colombia es un Estado social de derecho, pluriétnico y multicultural, organizado como república unitaria, descentralizada y con autonomía de sus entidades territoriales, entre las que se cuentan las Entidades Territoriales Indígenas. Sin embargo, tras 30 años desde su expedición, no se ha reglamentado cabalmente el funcionamiento de estas jurisdicciones porque hay una gran complejidad en su configuración político-administrativa además de conflictos de interés económicos y políticos. En la región amazónica los departamentos, municipios, áreas no municipalizadas, resguardos indígenas, diversas formas organizativas indígenas (Asociaciones de Autoridades Tradicionales Indígenas, Consejos Territoriales, etc.), conformadas por comunidades, y territorios ancestrales de diferentes etnias, son entidades territoriales reconocidas legalmente y muchas están sobrepuestas. Independientemente de ello, las entidades territoriales tienen el derecho a gobernarse por autoridades propias y a administrar los recursos de forma autónoma para el cumplimiento de sus funciones. Esta es la teoría, pero ¿cómo se puede poner esto en práctica?
Trabajando con una perspectiva de salud y bienestar intercultural se enfrentan muchas preguntas críticas que enmarcan el enfoque de este componente de fortalecimiento de capacidades, uno de los pilares del modelo de salud propuesto: ¿qué se requiere para gestionar adecuadamente un territorio?, ¿cuáles son las capacidades requeridas para hacerlo?, ¿cuál es el papel de cada actor social en estos procesos?, ¿qué papel tiene la investigación propia e intercultural?, ¿cómo se opera la gestión de salud territorial?, ¿cómo dirimir la toma de decisiones entre las visiones que determinan los sistemas de conocimiento indígenas y la normativa que rige la gestión territorial desde el Estado?
Para cada uno de los actores del sistema de salud, las comunidades y autoridades tradicionales indígenas, estas preguntas junto con las planteadas en la introducción y en otros componentes, representan un gran desafío y una hoja de ruta que requiere un proceso estructurado de fortalecimiento de capacidades de acuerdo con el rol que desempeñan, tanto para resolver las preguntas como para implementar las soluciones.
En los últimos años los esfuerzos se han enfocado en fortalecer los procesos de gobernanza territorial en salud tanto a nivel comunitario como de las organizaciones indígenas. A nivel institucional, se han centrado en la transferencia de metodologías desarrolladas en diferentes componentes del modelo y en la adecuación de programas y servicios.