Envejecimiento: diferencias sexuales y de género
Salud percibida y satisfacción con la propia vida han sido los indicadores más utilizados para evaluar la calidad de vida. La monitorización del ambiente para proporcionar una calidad de vida óptima fue la base de los programas de envejecimiento saludable y también de su éxito, especialmente notable en la reciente reducción de las muertes cardiovasculares. Ambos sexos comparten factores de riesgo cardiovascular ligados a la edad (como tabaquismo y obesidad), pero presentan singularidades tanto en las edades de manifestación, así como en la gravedad y causas de muerte asociadas a unos u otros factores de riesgo.
Se ha sugerido que el riesgo cardiovascular de las mujeres podría reflejar singularidades relacionadas con aspectos reproductivos (diferencias sexuales), mediados por la adiposidad y moldeados por factores culturales (diferencias de género). A finales de la década de los años noventa del siglo pasado las evidencias acumuladas sobre estos hechos, propusieron desterrar el modelo de salud cardiovascular de « sexo único», basado en el hombre, aplicado a generaciones que se desarrollaron en un momento en el que la igualdad de género no existía.
La reproducción es energéticamente muy costosa para las mujeres, quienes durante cada embarazo experimentan importantes cambios fisiológicos y metabólicos que aumentan su eficiencia energética. Se ha sugerido que los cambios fisiológicos destinados a aumentar la eficiencia metabólica durante el embarazo pueden experimentar una regulación epigenética semejante a lo que ocurre durante la programación fetal, que podría aumentar su riesgo cardiovascular en etapas medias y avanzadas de la vida. Por ello hay un interés creciente en conocer la vida reproductiva cómo afecta al riesgo cardiovascular en las mujeres.
En algunas poblaciones, la maduración sexual temprana y/o un número elevado de nacidos vivos se asocian con mayor riesgo cardiovascular, tanto de episodios vasculares como de diabetes. La menopausia temprana se asocia con peor salud y aumenta la probabilidad de muerte temprana. Mujeres pre y postmenopáusicas de igual edad cronológica difieren en el riesgo cardiovascular. Finalmente, hay evidencias que sugieren mayor riesgo cardiovascular en las mujeres con transiciones menopáusicas prolongadas, y con mayor intensidad y duración de síntomas vasomotores. [Cristina Bernis.]