Muertes de sobreparto

VI Nacer, morir, volver a nacer

Si examinamos los matrimonios reales durante la Edad Moderna, podemos observar cómo una importante cantidad de consortes fallecieron por causas relacionadas directamente con el embarazo y el parto. Si observamos, por ejemplo, el caso de la Monarquía de España, de las siete reinas y princesas de Asturias que hubo entre 1500 y 1700 que tuvieron hijos, cuatro de ellas (Isabel de Portugal, María Manuela de Portugal, Isabel de Valois y Margarita de Austria-Estiria) murieron como consecuencia de embarazos, partos o abortos, ya fuera de forma directa o porque estos procesos exacerbaron dolencias ya existentes. Esta circunstancia se repitió en todas dinastías reales europeas a lo largo de los siglos, y hasta épocas muy recientes. De hecho, por citar un ejemplo más cercano en el tiempo, las dos hermanas del rey Alfonso XIII de España, María de las Mercedes y María Teresa, fallecieron como consecuencia de los partos de sus últimos hijos en 1904 y 1912, respectivamente. En los retratos que aquí se muestran, vemos la imagen de dos mujeres reales que fallecieron de parto, mientras estaban embarazadas. La primera de ellas es la emperatriz María Leopoldina de Austria, segunda esposa de Fernando III. Su matrimonio se produjo apenas dos años después de la muerte de la primera esposa del emperador, María Ana de Austria, que también perdió la vida en el nacimiento de su última hija. En este precioso retrato, la vemos en avanzado estado de gestación, pocas semanas antes de su muerte, pues falleció dando a luz en 1649 a su único hijo, el archiduque Carlos José. Tenía solo diecisiete años. 

Por otro lado, tenemos el retrato de la reina Margarita de Austria-Estiria, esposa de Felipe III. Tuvo ocho hijos, de los cuales cinco llegaron a la edad adulta. Pero falleció en el parto del más joven de ellos, Alfonso, a quien se le dio el sobrenombre de «el Caro», por el alto precio que tuvo que pagar su madre para traerle al mundo en 1611. [Rocío Martínez]