Cuidados en el embarazo y en el puerperio
Saber cuidar a las mujeres antes, durante y después del parto eran competencias fundamentales que debían adquirir las futuras matronas durante su formación. Santa Cristina se concibió, fundamentalmente, para atender a mujeres pobres, pero, además, se había contemplado en su diseño habitaciones para mujeres que podían pagar su estancia y atenciones a las que se denominaba pensionistas. De esta forma, los ingresos de mujeres pudientes podían contribuir a una mejor gestión económica de la institución. No obstante, el número de mujeres pensionistas ingresadas nunca debía superar una tercera parte de las camas para no desvirtuar los objetivos fundacionales del centro. Las mujeres pobres eran atendidas de forma gratuita, pero debían contribuir con su trabajo al mantenimiento de la institución realizando diversas tareas domésticas como el zurcido de las ropas.
Había varios tipos de pensionistas según el tipo de hospedaje: las de primera clase, con derecho a una habitación individual que pagaban 1.000 pesetas de entrada y 50 pesetas por día de estancia, eran las únicas con derecho a una habitación individual. Las pensionistas de segunda clase, que pagaban 500 pesetas de entrada y 25 pesetas diarias y las pensionistas de tercera clase 100 pesetas de entrada y 10 pesetas diarias. El grupo más humilde, el de cuarta clase, pagaba 50 pesetas de entrada y 6 pesetas diarias. Además, cada grupo de pensionistas debía abonar la misma cantidad que la de ingreso según su categoría por los gastos derivados de medicación y material y asistencia clínica. Las habitaciones de las puérperas y de las pensionistas se ubicaban en la primera planta del edificio y las habitaciones de embarazadas estaban localizadas en la segunda planta.