Una cesta tan antigua como el queso
Las fuscèlle eran cestas cilíndricas, hechas de cañas o juncos y utilizadas para hacer moldes en los que se vertía la cuajada prensándose y colándose antes de que se iniciara la maduración. Con un objeto puntiagudo (por ejemplo, una púa de puercoespín), se terminaba el borde o trézza (trenza) alrededor de la boca de la cesta. Las cañas usadas para la realización de las fuscèlle no se encuentran en los alrededores del pueblo pero crecen con abundancia en las llanuras del río Garigliano, a 25 kilómetros al sur de Maranola. Las de mejor calidad se recogen entre Junio y Septiembre y, tras secarlas, se pueden almacenar durante varios años. Una vez secas, se hierven durante al menos veinte minutos antes de usarlas. La normativa sanitaria en vigor exige la utilización de moldes de plástico para la elaboración del queso, por lo que la tradición de utilización de estas cestas cilíndricas se ha perdido.