Tamaño corporal y mortalidad en mamíferos

Tamaño corporal y mortalidad en mamíferos
2010. Ballena jorobada ('Megaptera novaeangliae') con su cría, una hembra de tres meses, santuario marino de Banco de la Plata y la Navidad (República Dominicana). Foto: Mike Beedell © Mike Beedell

Tamaño corporal y mortalidad en mamíferos

El modelo de Charnov se basa en las evidencias en mamíferos (también en aves) de que una más tardía edad reproductiva y un mayor tamaño corporal adulto comportan una mayor eficacia reproductiva y general. Efectivamente, el 65% de la varianza en mortalidad entre especies mamíferas se explica en función de sus diferencias en tamaño corporal. En especies de grandes tamaños corporales y lento crecimiento la mortalidad extrínseca es sustituida esencialmente por la mortalidad intrínseca asociada a la senectud, y la longevidad adulta es mayor. El trabajo Adaptive evolution toward larger size in mammals de Barker y coautores de 2015 confirma un rápido incremento en tamaño corporal en 10 de los 11 mayores órdenes de mamíferos a partir del estudio de restos fósiles, la previsión de la Ley de Cope. Varios factores explicarían esta tendencia evolutiva, incluida la Ley de Kleiber.

Un gran tamaño aporta ventajas energéticas, dado que los requerimientos nutricionales relativos son menores. La calidad y la accesibilidad del alimento se correlacionan con el tamaño corporal y el patrón de actividad (el tiempo requerido para obtenerlo). Un ejemplo lo proporcionan los primates platirrinos (de América del Sur): el tití pigmeo (Cebuella pygmaea) pesa 124 gramos y es insectívoro; el tamarino león dorado o tití leoncito (Leontopithecus rosalia) pesa 654,5 gramos y es predominantemente frugívoro; finalmente, el mono aullador (Alouatta palliata) pesa 7 kilos y es esencialmente folívoro. Existe una asociación entre el tipo de dieta y el tamaño corporal máximo que el organismo puede alcanzar, de tal manera que una especie insectívora no puede alcanzar tamaños corporales mayores de unos pocos cientos de gramos (500 gramos, si es primate). Un mayor tamaño corporal favorece además eludir la depredación e incrementar el área de obtención de alimentos.

Tras la maduración sexual, la energía antes canalizada para crecer tras el destete se destinará a la reproducción. Mamíferos de mayores tamaños corporales dispondrán de más energía por unidad de tiempo para invertir en sus crías, que serán destetadas con mayores tamaños corporales, como evoca la imagen superior de una ballena jorobada (Megaptera novaeangliae) con su cría, también una hembra, que habrá pesado al nacer 1.350 kilos.

Finalmente, un gran tamaño corporal aporta ventajas termorreguladoras: un mamífero de mayor peso genera más calor corporal y pierde menos que uno de menor volumen, consecuencia del hecho de que la relación entre el volumen y la superficie de un cuerpo es igualmente alométrica. [Carlos Varea]