Santiaguco y la vida vecinal
La relación con familiares y vecinos era intensa, porque de mozos bajaban en cuadrillas desde los barrios al baile, en la plaza, y allí echaban la tarde del domingo, a veces hasta la madrugada, aunque hubiera que levantarse temprano para el trabajo. Y cuando el frío del invierno no dejaba asomar la nariz por los caminos, se reunían en una cabaña, una de las grandes, hasta sesenta o setenta mozos de Yera y Pandillo, para pasar la noche bailando al son de la pandereta.
—«No pocas parejas se ennoviaron en las funciones. Aunque yo no, que yo conocí a mi novia cuidando los animales».
El poblamiento pasiego: los barrios
Los inviernos son propicios para estrechar las relaciones vecinales e incluso para el florecer de alguna pareja, al calor del lar (nombre autóctono de la lumbre) y disfrutar de animadas charlas y de algún baile al son del rabel (instrumento tradicional).
Derivado del modelo pastoril, de los requerimientos de alimentación del ganado y de las exigencias del clima de los valles, se genera un conjunto habitacional a la medida de la actividad económica; es el poblamiento disperso. La finca (prado-cabaña), el barrio y la plaza componen los elementos básicos de este espacio humano. La unidad de poblamiento es el barrio, que comprende las fincas (prado-cabaña) de una cuenca fluvial. En la plaza, centro neurálgico de la villa, se encuentran las instituciones: el Ayuntamiento, la Iglesia, la Cámara Agraria, y los servicios.
El despoblamiento y el abandono de las fincas en busca de mejores oportunidades han tenido un proceso antagónico en la compra de las cabañas y los prados como segunda vivienda por parte de residentes de otros municipios. Así, la cabaña pasiega ha podido tener continuidad como alojamiento turístico en lugar de habitacional.
El cabañal constituye un patrimonio arquitectónico protegido. La comarca cuenta con unas diez mil cabañas de una tipología ciertamente homogénea, consistente en un edifico rectangular de dos plantas, hecho de mampostería y barro, con puertas de madera y pequeñas ventanas, con acceso exterior desde una escalera de piedra. La distribución interior es básica, con planta inferior destinada a establo y planta superior a pajar y habitación.