Santiaguco y los noviazgos entre prados

Santiaguco y los noviazgos entre prados
1993/95. Hermana y hermano pasiegos volteando la hierba para secarla antes de almacenar en el pajar (Vega de Pas-Cantabria) © Elena Flores

Santiaguco y los noviazgos entre prados

Continúa explicando que en los barrios todo el mundo se conocía desde niños, y sólo hacía falta quererse para que dos se juntasen (con y también sin papeles). Sin embargo, la cosa cambiaba para los forasteros, raramente admitidos por gentes confiadas tan sólo para los suyos. Por contra, se favorecía el matrimonio entre primos, ya que ambos pertenecían al ámbito familiar, y su unión evitaba la inclusión de un individuo desconocido.

—«Mira, —me dice— ¿ves aquél de ahí enfrente?, pues está apañao con su prima» —refiriéndose a un joven de unos veintitantos años que está en una finca próxima, preparando la hierba junto a su padre.

Las fincas: el velorteo

El velorteo es a la siega como la muda a los ganados, una seña identitaria de la pasieguería. Este término procede del nombre de la vara con que se ajustan las cargas de hierba que se portan sobre la cabeza: la velorta, una larga vara de avellano. El velorteo, la fase más característica de la siega, consiste en recoger las brazadas de hierba con la vara sobre la cabeza, con un movimiento de semivoltereta, aprovechando el desnivel del terreno.

El corte del pastizal mediante el dalle (nombre autóctono de la guadaña) tiene lugar a la llegada del estío, cuando comienza a agostarse y cuando se puede secar, tendido sobre los prados. Con el volteo de la hierba (alzada) se acelera el secado y cuando el verde torna en amarillo, se recoge con la tradicional técnica del velorteo, siguiendo una coreografía precisa para almacenarlo, con la práctica del esparcido, en el payo (nombre autóctono del pajar) durante el invierno. Las fincas de pie de monte se siegan en verano mientras los ganados pacen en las fincas de los puertos (brañizas).