La vivencia tradicional del paisaje
En el imaginario colectivo residía un importante vínculo con el paisaje agrario, siendo este un punto de encuentro entre la cultura campesina y los habitantes urbanos. El paisaje y la cultura campesinas conformaban una pieza clave de la identidad territorial de los antiguos municipios rurales de Madrid, hoy convertidos en ciudades metropolitanas. Las fotografías de muchos álbumes familiares nos muestran como el paisaje agrario tenía un alcance público de bien de interés general, a la vez que actuaba como marco de experiencia y convivencia entre los habitantes.
La apropiación del paisaje y su disfrute por parte de los vecinos y vecinas favorecía sin duda el fortalecimiento de la faceta productiva ejercida por los y las agricultoras y la valoración social de la profesión. En la actualidad, estos paisajes han sido arrinconados por la ciudad y muchos han sido invadidos por los usos urbanos e industriales.