La Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible

La Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible
2012. Bharati Whagoshkar, alimenta a su bebé de 24 días en su pequeña casa, en los suburbios de Dharavi en la metrópoli de Mumbai, en India. Para combatir la desnutrición en los niños pequeños, el Gobierno de la India se basa en gran medida en el Plan de Desarrollo Infantil Integrado. UNICEF está colaborando con el Gobierno de la India para aumentar la eficacia de este plan © UNICEF/INDA 2012-001122/Vishwanathan

La Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible

La Asamblea General de Naciones Unidas adopta, en el mes de septiembre de 2015, la «Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible». Un plan de acción a favor de las personas, el planeta y la prosperidad, que también tiene la intención de fortalecer la paz universal y el acceso a la justicia. Reconociendo que el principal desafío al que se enfrenta el mundo actual es la erradicación de la pobreza y considerando que sin lograr este objetivo no puede haber desarrollo sostenible, los Estados miembro de Naciones Unidas plantean una agenda que incluye 17 objetivos y 169 metas de carácter integrado e indivisible que abarcan las esferas económica, social y ambiental. A diferencia de los Objetivos de Desarrollo del Milenio que fueron elaborados por un grupo de expertos a puerta cerrada y estaban dirigidos a los países en desarrollo, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) son el resultado de un proceso de negociación que involucró a 193 Estados, a la sociedad civil y a otros agentes sociales y son de aplicación universal. Esta alianza global representa un nuevo modelo social y político para el avance de los derechos y el bienestar de todos los niños y niñas en todos los países del mundo, sin dejar a nadie atrás. La nueva hoja de ruta mundial supone una oportunidad para aplicar las lecciones aprendidas con los Objetivos de Desarrollo del Milenio, llegar a los niños y niñas más vulnerables y dar continuidad a un ambicioso programa de desarrollo más allá de 2015, donde la infancia en general, y la que se encuentra en condiciones de mayor vulnerabilidad en particular, debe ocupar un lugar central.