Jóvenes trabajadoras de una imprenta
La gradual incorporación de las mujeres a trabajos urbanos remunerados en industrias y talleres estuvo desde el principio acompañada de mucha inestabilidad laboral y bajos salarios respecto a los hombres. Solo las numerosas trabajadoras de las tabacaleras en diferentes ciudades tenían trabajo y sueldo fijos, e incluía a mujeres de todas las edades, que debían llevar consigo a sus pequeños lactantes. Las jóvenes trabajadoras urbanas eran coordinadas por una capataz de mayor edad y con frecuencia abandonaban el trabajo tras el matrimonio.
En 2015 la brecha salarial entre mujeres y hombres se mantenía en Europa, con variabilidad entre las profesiones. En España, como media las mujeres ganan un 19% menos que los hombres. En el conjunto de Europa la diferencia es de un 16% menos para las mujeres y, sorprendentemente, entre los países con mayor brecha salarial se encuentran Austria (23 %), la República Checa (22,1 %) y Alemania (21,6 %).