Reflexión sobre los derechos de las mujeres en Turquía

A veces las fotos más significativas aparecen por azar. Unos días de vacaciones en Estambul, visitando sus maravillas, aunque yo había decidido solo hacer fotos a mujeres, y a mujeres turistas, árabes o no. Había visto a las mujeres vestidas con ropas occidentales, desde las más recatadas a las más ligeras como era propio del calor que hacía, con Niqab o con Hiyab.  Decidir qué tipo de fotografías decides hacer durante un viaje educa la mirada para estar atento, para mirar en la periferia. Y eso ocurrió, salía de un palacio, giré la cabeza y allí estaba, el choque, mujeres tradicionales, mujeres jóvenes, sorprendidas al verse y sorprendidas al verme. Dos me miran, una se tapa con el pañuelo y otra con gafas de moda. Y una de las jóvenes no puede evitar taparse la boca para reprimir: ¿la sorpresa, un gemido?

No es una buena foto técnicamente, simplemente disparé. Pero creo que refleja lo que era Estambul en ese momento, lo que había sido durante unos años, lo que esperaba que fuese, la mezcla de lo antiguo y lo moderno, con conflictos pero con respeto.

Han pasado más de tres años desde que hice la foto pero me temo que ese ya no es el presente, esa idea de progreso no es progresiva, me temo que los derechos de las mujeres en Turquía están retrocediendo, y ese sueño de que las mujeres de la foto, en unos años, ya no se sorprenderían unas de las otras no se está cumpliendo.

Cristina Andreu, cineasta