La remodelación del edificio tras la Guerra Civil
Al acabar la Guerra Civil la Casa de Salud de Santa Cristina no había sufrido un deterioro excesivo, ya que se libró de ser bombardeada. No obstante, sí existían ciertos problemas derivados del desgaste por el paso del tiempo y de la construcción, en la época bélica, de un refugio antiaéreo en los sótanos del centro. Otro problema añadido fue el aumento constante de mujeres que acudían a la institución para ser atendidas, de 2.000 partos anuales en los años previos a la guerra se pasó a 3.000 en 1940. Todo ello hizo necesaria una remodelación que, en este caso, se encargó al arquitecto Lorenzo Gallego. Para conseguir aumentar la capacidad del centro, el arquitecto diseñó un añadido en la fachada de la calle Duque de Sexto que contenía el solárium.
Por lo demás, la institución volvió a funcionar de forma similar a la situación anterior al periodo bélico. José Bourkaib Besó fue nombrado director del establecimiento y José Gálvez Guinachero dirigía el Patronato. Las Hermanas de la Caridad de San Vicente Paul volvieron a sus puestos.
El aumento progresivo de partos en la Casa de Salud de Santa Cristina es un claro reflejo del proceso de institucionalización del parto, que fue mucho más rápido en las ciudades. Efectivamente, el parto domiciliario se perpetuó en la España rural hasta finales de los años sesenta del siglo XX.
Por supuesto, no fue esta la última remodelación que sufrió la institución, que tuvo que ir adaptándose a los nuevos tiempos. En 1987 el hospital se incorporó al INSALUD y en junio de 2007 finalizó su actividad como hospital maternal, trasladando esta función al Hospital Gregorio Marañón.