Al empezar este viaje…

Al empezar este viaje hicimos un fondo común aportando la misma cantidad de dinero todos los bancales para conseguir el material básico. Esta tradición se mantiene hasta hoy. Pronto quedó claro que necesitaríamos alguna fuente de ingresos extra si queríamos que el proyecto fuese todas las cosas que soñábamos.

Corrió la amenaza de que el ayuntamiento cobrara el recibo del agua y se nos ofreció instalar un cartel publicitario de una empresa dedicada a los lácteos para sufragar ese gasto. Como siempre, se debatió durante demasiadas horas en Asamblea, nunca faltan las opiniones encontradas en todos los grupos humanos, pero el HCM no se vendió. Aprovechamos esta situación de necesidad para sondear nuevas formas de autofinanciarnos.

Así, nos atrevimos a celebrar una gran fiesta. Una fiesta no sólo para nosotros, sino para el barrio. Una Fiesta de la Primavera.  Vino mucha gente, comimos paella, y bailamos durante horas. Hicimos camisetas que se vendieron sin mucho problema, y aún a día de hoy, las personas del barrio las lucen con orgullo, como diciendo: «sí, yo estuve ahí». El trabajo y sus recompensas en cuanto a fortalecimiento del grupo son nuestros, pero el disfrute es de todas ellas.

Fue un éxito y decidimos que así, sí. Desde entonces, nos autofinanciamos. Vinieron muchas más fiestas, más abrazos, más conectar. Pero lo más importante, este fue el primer contacto con nuestro poder de convocatoria, con nuestra capacidad creativa, con la fuerza de la comunidad. Desde entonces, nos hemos atrevido cada vez a más, dentro y fuera del HCM.