Trabajando en común

Trabajando en común
2019. Huertanas recogiendo la cosecha. Manoteras (Madrid). Foto HCM/Manoteras te Enfoca ‘copyleft’ HCM/Manoteras te Enfoca

Trabajando en común

Acostumbrados a trabajos individualistas, en los que se nos asignan objetivos a cumplir sin mucho espacio para la creatividad, conectar con la fuerza de la comunidad ha sido un descubrimiento para muchas de nosotras. Es increíble que se puedan hacer cosas con tanta gente tan variopinta. Ponernos de acuerdo para plantar lechugas, patatas o remover la tierra. Trabajamos mucho, pero porque lo disfrutamos.

La de gente dispuesta a ofrecer su trabajo físico. Aunque no todas somos jóvenes o estamos en forma, el trabajo no discrimina y todo suma. Ha sido una manera preciosa de reconectar con nuestra propia fuerza y capacidad y aprender a no subestimar la de los demás.

Tener una zona común, además de los bancales de disfrute más individual nos ayuda a reunirnos en un punto. Los eventos de plantar y recolectar, cuando lo hacemos codo con codo, nos demuestran que podemos crear y no solo consumir. Aunque no dejamos de comernos la cosecha, a ser posible en comunidad, al calor de la lumbre y del amor de nuestras hortelanas guisanderas.

A veces, este tipo de trabajos, su planificación asamblearia, su ejecución comunal o su cuidado compartido, no son productivos y eficientes. A veces, no todos los factores se pueden controlar. No podemos controlar el sol, la lluvia, el frío… Y esto choca con los valores que tenemos interiorizados. Aprender a debatir, a fluir, a disfrutar del presente, a esperar, a ver crecer, es el fruto que nos deja la zona común.