Mi vida cotidiana 4
«Un lugar donde se escuche el rumor
de la eternidad que fuimos,
donde se respete la magia del aire que vive
en mi perro y en mis geranios,
que nos obsequia vendavales y granizos.
Y también paz.
Si fuese posible elegir,
como en las tiendas o en el tiro al blanco
hubiese pedido una enfermedad menos compleja,
más normal,
que me diese un respiro
para poder ir al cine o al restaurante,
entrar a una iglesia o besar a un niño.»
(Vivir con sensibilidad, Pilar Merino)