El origen de «Las Noches del huerto»

Cuando surgió la idea de llevar a cabo «Las Noches del huerto», pensamos inicialmente en algo casero para pasar las calurosas tardes de verano. Resulta que hay mucho arte en el huerto: el que no toca el saxo, toca la guitarra, o cuenta monólogos, o es actriz, o si no escribe relatos o se le ocurren performance locas. Solo con lo de casa ya teníamos para entretenernos todo el verano, teníamos la parte artística, pero faltaba todo lo demás. Y resulta que en el huerto también teníamos carpinteros, electricistas, diseñadores web, cocineras, camareros, personas que sabían de sonido, de iluminación. Y nos pusimos manos a la obra. Construimos un escenario en un espacio que no existía más que para tirar escombros y, a aquel entretenimiento veraniego le dimos categoría de festival con su cartel y todo, con sus redes sociales, con su plancha para bocatas y con sus bañeras para enfriar las bebidas (nos podemos considerar precursores en este arte). Esto solo puede darse en un colectivo tan variado como el nuestro.

El construir el escenario en el espacio actual dio para muchas asambleas. La decisión final se basó en que ya en ese momento queríamos que «Las Noches del huerto» estuvieran abiertas a cualquier persona del barrio. Aún no sabíamos que años después tendríamos cada viernes 500 personas de público.

La foto muestra el coqueto escenario de apenas dos por dos metros cuadrados que construimos para la inauguración, el 20 de mayo de 2016.