Octubre 2023

Morir en el parto en los siglos XVI y XVII: el poder intercesor de los santos

«Y saliendo de allí, llegó en tiempo de primavera a la tierra que va a Efrata, en la que estando de parto Raquel, comenzó a peligrar por la dificultad del parto. Y díjole la partera. “No temas, porque aún tendrás este hijo”. Y saliéndosele el alma en fuerza del dolor y amenazándole ya la muerte llamó el nombre de su hijo Benoní, esto es, hijo de mi dolor; pero el padre le llamó Benjamín, esto es, hijo de la diestra. Murió pues Raquel y fue enterrada en el camino que va a Éfrata.» 

Génesis 35, 16-19.


La muerte de Raquel narrada en el
Génesis (a partir de la traducción de la Vulgata que hizo el padre Scio de San Miguel a finales del siglo XVIII), escenifica un caso que nos parece frecuente en el Antiguo Régimen. La muerte materna o morbimortalidad materna ha sido definida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la muerte de la mujer mientras está embarazada, en el parto o en puerperio dentro de los cuarenta y dos días siguientes a la terminación del embarazo. Estos fallecimientos se han clasificado en muertes maternas directas, es decir, las que se producen por complicaciones del embarazo, parto y puerperio; las muertes obstétricas indirectas, provocadas por la existencia de una enfermedad existente antes del embarazo, pero que se agrava como consecuencia del mismo; y las muertes no obstétricas, resultado de causas no relacionadas con el embarazo.

En cualquier caso, en España, corregidas las estimaciones oficiales, la tasa rondaría entre siete y ocho muertes de mujeres por cada 100.000 nacidos vivos a comienzos del presente siglo XXI, frente, por ejemplo, a las 564,7 muertes de comienzos del siglo XX. Datos más recientes, emanados del Informe Anual del Sistema Nacional de Salud 2018, hecho público por el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, indican que la tasa de mortalidad materna por cada 100.000 nacidos vivos fue de 3,7 en el periodo entre 2000-2016, en un nivel similar a los países con los mejores datos mundiales.

Para el pasado contamos con cifras mucho menos fiables. Pero, aunque buena parte de las fuentes (y de la opinión popular) nos hablan de una alta mortalidad femenina, las cifras para el Antiguo Régimen (siglos XVI-XVIII) en Europa son, como ha resaltado Schofield, sorprendentemente bajas, de tal forma que podría afectar a entre el 1 y 2% de las mujeres embarazadas. No obstante, aunque desde la demografía histórica se haya resaltado este dato, no hay que olvidar, como ha advertido Steven Pinker que, por ejemplo, «para una mujer estadounidense, estar embarazada hace un siglo era casi tan peligroso como tener cáncer de mama en la actualidad», por lo que debemos evitar caer en una minusvaloración del fenómeno en virtud de la estadística, sin tener en cuenta otras percepciones.

Mas, si bien tenemos una idea aproximada de los porcentajes de mortalidad materna, nuestro conocimiento de las causas de este fenómeno para los siglos pasados es escasa. Un estudio reciente sobre las causas de la mortalidad materna en el parto en la actualidad, han señalado las embolias, las hemorragias y los trastornos hipertensivos como las principales en los países desarrollados. En África, Asia y Latinoamérica, las hemorragias son también una causa importante, pero a estas se suman otras menos frecuentes en el mundo occidental como las infecciones, la anemia o el parto obstruido.

Ahora bien, ¿de qué morían las mujeres en el parto en los siglos pasados? Es cierto que no contamos con estudios ni con fuentes estadísticamente precisas, pero sí con testimonios de gran valor cualitativo. Estos, los más abundantes, se encuentran en las hagiografías, cientos de volúmenes que narran la vida y los milagros de santos y vírgenes, y en los que se recogen miles de casos de enfermos curados o salvados por su intercesión, entre ellos el de cientos de mujeres parturientas. En el caso de los partos, las narraciones nos ofrecen la fecha, el lugar, el nombre y apellidos de los protagonistas y nos describen la peligrosa escena que vivía la mujer en aquel trance acompañada de la partera, a veces de médicos y también de otros familiares.

De esta forma, hemos podido analizar 267 obras hagiográficas de los siglos XVI y XVII que describen milagros relacionados con el parto y de ellos hemos podido obtener cerca de 350 casos de muerte materna. Estos casos lo que revelan es que, además de algunos testimonios de fiebre puerperal, de eclampsia o hemorragias, las principales razones que explican la mortalidad de las mujeres eran dos: los casos de mortinato, es decir, cuando el feto fallecía en el vientre materno cuando ya estaba muy avanzado el embarazo, lo que provocaba la muerte de la madre bien por la imposibilidad de sacar a la criatura fallecida, bien por otras razones; y, sobre todo, por distocia o parto obstruido («venía de pies», «se le atravesó la criatura», según se recoge en estos textos).

Así se describe uno de estos casos en la relación de los milagros de San Ignacio de Loyola de Andrés Lucas de Arcones Vida de S. Ignacio de Loyola, patriarca y fundador de la Compañía de Jesús, de 1633:

«Solo diré un milagro de una mujer a quien los dolores de un peligroso parto de un hijo redujeron al extremo. Había sacado la criatura los pies, sin ser posible a la humana industria que saliese a luz lo restante del cuerpo. Crecía por momentos el peligro; la madre y el hijo sin remedio se morían. Asistían los cirujanos para cortar y sacar a pedazos al tierno infante, para librar a su madre de la muerte. Con mejor providencia del Altísimo les vino a la memoria el gran obrador de maravillas. A caso uno de los que estaban presentes tenía una reliquia del velo que había cubierto en sus exequias el cuerpo sacro. Implorando el favor de Ignacio la aplicó al pecho. Al punto se volvió la criatura y nació de cabeza sana y buena. Pusiéronle sus padres el nombre de Ignacio para que continuamente les trujese a la memoria el milagro que había obrado el gran patriarca.» (p. 739.)

De esta forma, y aunque los datos no son precisos, sí se observa una clara diferencia con el mundo contemporáneo, pues, a día de hoy, los casos de muerte materna por parto obstruido casi han desaparecido de las estadísticas. Probablemente esto se deba a la aplicación y práctica de la cesárea, especialmente desarrollada entre los años treinta y sesenta del siglo XX, con las suficientes garantías técnicas e higiénicas para lograr la supervivencia de la madre y de la criatura.

 

Jesús M. Usunáriz es catedrático de Historia Moderna en la Universidad de Navarra y miembro del Grupo Siglo de Oro (GRISO). En los últimos años sus estudios se han centrado en las relaciones internacionales de la Monarquía hispánica y en la Historia social y cultural de los siglos XVI-XVIII (matrimonio, historia social del lenguaje, ritos de paso, superstición y brujería). Esta contribución al Museo Virtual de Ecología Humana forma parte de las actividades del proyecto de investigación The Interpretation of Childbirth in Early Modern Spain (FWF Austrian Science Fund, P 3226-G30).

Para saber más

Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar social. 2019. Informe Anual del Sistema Nacional de Salud 2018. Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar social, Madrid.

Khan KS, Wojdyla D, Say L, Gülmezoglu AM, Van Look PFA. 2006. Who analysis of causes of maternal death: a systematic review. The Lancet, 367: 1066-1074.

Lucas de Arcones A. 1633, Vida de S. Ignacio de Loyola, patriarca y fundador de la Compañía de Jesús. Antonio René de Lazcano y Bartolomé Lorenzana, impresores, Granada. (El texto completo de esta obra está disponible en la UCC Digital Library.)

Pinker S. 2018. En defensa de la Ilustración: por la razón, la ciencia, el humanismo y el progreso, Paidós, Barcelona. (La cita del texto están tomada de su capítulo 5.)

Rodríguez Ferrer RM, Feijoo Iglesias MB, Magdalena del Rey G, Pérez-Gay MP, Vivanco Montes ML. 2009. Revisión sobre mortalidad materna en España, en Actas del III Congreso de la Asociación Andaluza de Matronas. Islantilla, Huelva, 22-24 de octubre.

Schofield R. 1990. ¿Morían realmente las madres? Tres siglos de mortalidad derivada de la maternidad en “El mundo que hemos perdido”, en L. Bonfield, R. Smith y K. Wrigthson (editores) El mundo que hemos ganado. Estudios sobre población y estructura social. Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, Madrid, pp: 287-324.

Usunáriz JM. 2023. La percepción del parto en los siglos XVI y XVII: peligros, milagros y comadres, en JM Usunáriz y J Ruiz Astiz (editores) La mujer y los universos femeninos en las fuentes documentales de la Edad Moderna, Dykinson, Madrid, pp: 273-295.

Usunáriz JM. 2023. Parir con esperanza: milagros y partos en las hagiografías de los siglos XVI y XVII. Avisos de Viena, 6 (en prensa).