Mayo 2018

Las personas centenarias de Cuba y el “Estudio Centenario Cubano”

Juana Bautista de La Candelaria Rodríguez nació el 2 de febrero de 1885, según consta en el tomo I, folio 35, del registro civil del municipio Campechuela (provincia de Granma), en una época en la que Cuba aún formaba parte de España. Allí vivió hasta su muerte, ocurrida el 24 de diciembre de 2012, con 127 años, con lo que se la considerada la mujer más longeva de Cuba y quizás del mundo. Recordaba su infancia, en la que las oportunidades eran diferentes a las actuales, pero siempre basadas en la familia y la solidaridad comunitaria. Durante las fechas del estudio seguía estando en el centro familiar que la apoyaba. De familia de 13 hermanos, con dificultades y quizá por ello tuvo solo tres hijos con su único marido, al que sobrevivió. Abuela de seis nietos, 15 bisnietos y siete tataranietos, Juana  atribuía su extraordinaria longevidad al trabajo y la buena comida que da el entorno. Nunca bebió ron ni fumó, pero no se cohibió del café.

 

El ejemplo de Juana no es único y cada vez son más las personas que se aproximan a los valores máximos de duración de la vida humana. Mientras que en 1996 ese “club selecto” estaba formado por 57.000 personas en todo el mundo, sus miembros se elevarán a la cifra de 447.000 en 2040. La longevidad debe ser entendida como una vida prolongada en años, pero a su vez saludable, y ello es uno de los desafíos más importante para la ciencia y la sociedad. Esta preocupación ha sido abordada en Cuba en el marco del Plan Quinquenal 2005 en un excepcional proyecto denominado “Estudio Centenario Cubano”, en el que se estudiaron todas aquellas personas con 100 años o más. El proyecto aborda la demografía, la educación, el entorno socio-laboral, los patrones reproductivos, los hábitos de vida, la nutrición, la valoración antropológica y bioquímica, las patologías y el estado funcional y psíquico de las personas centenarias, aspectos sinérgicos que pueden dar respuesta a los interrogantes planteados en esta fase de nuestro ciclo vital. El estudio busca así factores de influencia en el proceso de envejecimiento saludable que permitieran el desarrollo ulterior de programas preventivos y de intervención en las poblaciones en proceso de envejecimiento.

 

En Cuba se contabilizaron 1.488 personas centenarias (13,24 por cada 100.000 habitantes), más mujeres (el 60,3%) que hombre (el 39,7%). De las personas centenarias, el 59% fueron identificadas en el proyecto como de origen europeo, el 23% como afrocubanas y el 18% como mestizas. El 52,4% nunca fumó y el 63,3% no había bebido nunca, porcentajes bien diferentes a los existentes en el país. Salvo en el caso de un centenario que estaba internado en una residencia, el resto convivía con su familia, respetado y querido. La distribución de personas centenarias no es uniforme en la isla: los máximos índices corresponden a Oriente (las provincias de Las Tunas, Gramma y Santiago de Cuba), siendo independientes del porcentaje de población envejecida en cada una de las regiones del país. Hay una marcada regresión de los valores antropométricos y funcionales respecto de la etapa previa (que denominamos de “adulto mayor”), siendo más negativo el impacto en las mujeres. Más difícil es la clasificación del estatus nutricional, pues el empleo de categorías de Índice de Masa Corporal no tiene referentes válidos para esta etapa ontogenética, de tal manera que existen resultados discrepantes al emplear diferentes metodologías utilizadas en su valoración. Consecuentemente, surge la evidencia de la necesidad de trabajar con tablas percentilares propias y de establecer la categorización somato-nutricional a partir de ellas, además de conocer las necesidades energéticas reales de esta población centenaria y establecer los valores referenciales de las variables hemoquímicas utilizadas en la evaluación de su estatus nutricional.

El proyecto “Estudio Centenario Cubano” es un magnifico empeño realizado en Cuba, bien planificado y ejecutado, que debería ser un referente internacional de envejecimiento saludable. Aunque no existen fórmulas milagrosas, las historias de vida de las personas centenarias cubanas nos enseñan que la capacidad adaptativa del ser humano nos permite seguir siendo funcionales aún en edades extremas de la vida. El reto está en saber cómo potenciar esta capacidad en las mejores condiciones posibles. El largo camino para resolver esta interrogante ya ha comenzado con el proyecto “Estudio Centenario Cubano”.

 

Consuelo Prado Martínez, bioantropóloga, es profesora del departamento de Biología de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), y Esmir Camps Calzadilla, médico, es profesor titular de Fisiología de la Universidad de Ciencias Médica de La Habana (UCMH). Consuelo Prado dirigió la Tesis Doctoral de Esmir Camps junto con la doctora de la UCMH Mercedes Gámez Fonseca, fallecida poco antes de su defensa, realizada en 2012. La Tesis Doctoral de Esmir Camps tiene por título Características antropométricas, funcionales y nutricionales de los centenarios cubanos, la primera realizada dentro del proyecto “Estudio Centenario Cubano” y en el marco de programa conjunto de doctorado UCMH-UAM. Esmir Camps recibió el premio nacional anual a la mejor Tesis Doctoral en Ciencias Médicas Preclínicas en Cuba.