Julio - Agosto 2022

La agricultura familiar paraguaya y su relación con la naturaleza

La agricultura familiar paraguaya es el sector más representativo del área rural porque representa al 84% de las personas que residen en el campo; a pesar de ello, de acuerdo con los datos del último censo agrícola nacional realizado en el año 2008 solo posee el 4% de las superficies productivas.

Pese a la reducida extensión de las superficies de cultivos, este sector es fundamental para la lucha contra la pobreza y el hambre debido a que es la principal proveedora de alimentos y la opción más importante para el empleo rural, considerando que en América Latina aporta, según varios estudios, alrededor del 27 al 67% de los alimentos consumidos.

En el Informe Brundtland de 1987 se establece que existe una relación entre la pobreza y la degradación ambiental, donde la pobreza degrada el ambiente, pero, a su vez, un ambiente degradado genera pobreza y la afecta. De acuerdo con varios autores el agotamiento de los recursos es una de las principales causas del hambre y la pobreza.

Según explica Gerald G. Martes en su obra Human Ecology: Basic Concepts for Sustainable Development, la Ecología Humana busca entender la relación existente entre los seres humanos y el ambiente, donde el ambiente se percibe como un ecosistema (incluyendo lo hecho por el ser humano) que se relaciona con un sistema social, compuesto por los valores, la organización social, el conocimiento y la tecnología. Aquí presentamos la relación de la agricultura familiar con cuatro recursos fundamentales: la tierra, la semilla, el agua y el bosque. 

Uno de los principales problemas que enfrenta hoy día está relacionado al acceso a la tierra en cantidad y calidad suficientes para el mantenimiento de los sistemas productivos. De acuerdo con los datos del año 2008 el 35% de los establecimientos posee menos de cinco hectáreas, superficie insuficiente para garantizar una producción de los cultivos tradicionales como el maíz, la mandioca y el poroto que garanticen la satisfacción de las necesidades alimentarias y económicas. Además, de estas superficies pequeñas, la agricultura familiar también enfrenta un problema relacionado a la precariedad en la tenencia, ya que sólo el 40% de las fincas que poseen menos de 20 hectáreas cuentan con títulos de propiedad. 

Los principales cultivos de la agricultura familiar paraguaya son la mandioca; maíz de las variedades chipa, locro y pichinga; el poroto; y carne de aves y cerdos; además de estos cultivos tradicionales, también se produce sésamo, caña de azúcar, stevia, diferentes hortalizas, banana, piña, y otras frutas. Tradicionalmente, la mayoría de estos cultivos eran producidos a través de semillas propias, situación que cada vez más se tornó difícil debido a la introducción de las variedades mejoradas y la pérdida de las semillas debido a las dificultades en su almacenamiento. Para hacer frente a esto algunas organizaciones campesinas llevan adelante acciones que buscan rescatar, recuperar y conservar semillas de los cultivos más tradicionales y también de algunas especies introducidas. 

El acceso a sistemas de agua potable en los últimos años ha mejorado. De acuerdo con datos de la Secretaría Técnica de Planificación del Desarrollo Económico y Social (STP) en el Plan Nacional de Desarrollo, 85% de los hogares en Paraguay tiene acceso a fuentes de agua mejorada y 63% a fuentes de agua en red. Muchos de estos causes hídricos actualmente están en procesos de reducción de su caudal debido a diferentes situaciones como la sequía, la deforestación, la desecación de humedales, el taponamiento y otras acciones de origen humanas.

El acceso a pequeños remanentes de bosques aún es posible en muchos casos, y esto se da principalmente debido a que muchas de las fincas de la agricultura familiar conservan pequeños restos de bosques degradado. El acceso a estos remanentes provee a las familias de alimentos, leña y materiales de construcción. 

Pero esta situación cada día se ve más comprometida, ya que, mucho de los hogares rurales campesinos perciben signos de degradación ambiental en sus comunidades, entre las principales causas percibidas están la expansión de la soja y el empleo de agroquímicos.

 

Ana Lucía Giménez es miembro de la Unidad Gestión de la Presidencia de la República del Gobierno de Paraguay y se desempeña como Coordinadora de Innovación Social de la Estrategia Nacional de Innovación; Federico Vargas es docente de carrera de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Asunción, en Paraguay (más información de este título se puede obtener en las redes sociales, en Facebook como «Carrera de Ingeniería en Ecología Humana» y en Instagram en @ecologiahumanaparaguay. Federico Vargas participó en la Exposición temporal del año 2019 Ecología Humana en Paraguay y su aporte al desarrollo rural.