Vuelta al parto en casa y aumento de la lactancia materna

Vuelta al parto en casa y aumento de la lactancia materna
2002. Mujeres con bebés en el barrio de Al-Jumhuriya, en Basora. Fotografía: José Manuel Rambla © José Manuel Rambla

Vuelta al parto en casa y aumento de la lactancia materna

Los partos hospitalarios descendieron de más del 90 por ciento al 54, pese a que las mujeres iraquíes indicaban mayoritariamente querer dar a luz en los hospitales. Las deficiencias en los sistemas de urgencias y la falta de ambulancias incrementaron el riesgo de muerte materna. Uno de cada ocho partos era complicado (hemorragias y prolongado, la mayoría de los casos) y, debido a la falta de ambulancias, solo un tercio de los partos con problemas podía ser derivado al hospital. Durante esos años, el ministerio de Sanidad puso en marcha, con el apoyo de UNICEF, programas de capacitación de parteras tradicionales y dotación de equipos básicos para la atención del parto domiciliario.

El ministerio de Sanidad iraquí implementó asimismo los servicios de planificación familiar, al tiempo que promovió la recuperación de la lactancia materna al menos en los primeros seis meses. Con tal fin se crearon los denominados «Baby Friendly Hospitals», en número de 23, centros de promoción de la lactancia y atención a las madres. La prevalencia de lactancia materna exclusiva en 1989/90 era del 60 por ciento en los tres primeros meses y del 45 por ciento en el primer año, valores reducidos que cabe asociar al proceso de modernización del país. Tras la aplicación del régimen de sanciones, las encuestas mostraron llamativos incrementos en la lactancia materna. En la realizada en 1997 por el ministerio de Sanidad y UNICEF, el 92,4 por ciento de las madres lactaba a sus nacidos de 0 a 11 meses, el 81,4 de 12 a 15, y el 50 de 21 a 23, con valores más elevados en el campo que en la ciudad y en las mujeres a ambos extremos del nivel educativo. Sin embargo, tan solo el 13,3 por ciento daba a sus bebés exclusivamente leche materna en los primeros seis meses, manteniéndose en casi la mitad de los casos la costumbre tradicional de complementarla con agua.