Una historia de belleza y corrupción (Montenegro): pureza
Pureza
En Sinja(je)vina hay días en los que parece que nadie a haya pasado jamás por ahí. Laderas verdecientes hasta donde alcanza la mirada, ¡espléndidamente vivas en verano e insoportablemente blancas en invierno! Ni una sola huella, ningún signo de destrucción humana. Y, aun así, los seres humanos han vivido aquí durante siglos y milenios. Ocurre tan solo que no estamos acostumbrados a contemplar un toque humano tan delicado, que nutre en lugar de arrebatar.
Esta pureza ha de representar la apariencia del cuidado.