Un asunto de familia: madres, suegras y otros parientes respecto a la fertilidad real
I Procreación
La fertilidad real era una cuestión política, pero también dinástica y de familia. En una época en la que estas tres categorías estaban intrínsecamente unidas, los diferentes miembros de las familias reales hablaban en sus cartas con frecuencia sobre aspectos relacionados con la fertilidad. En especial, las madres, suegras, abuelas e, incluso, hermanas, madrinas y tías, daban constantemente recomendaciones relacionadas con los cuidados relativos a la menstruación, tácticas para que la receptora se quedase en estado, consejos sobre el comportamiento a seguir durante el embarazo, y los procedimientos que consideraban más adecuados durante el parto.
Muchas madres y suegras reales estuvieron enormemente pendientes de los embarazos y partos de sus hijas, nueras, e incluso nietas, enviándoles también objetos tales como reliquias o remedios, o mediando en la elección de comadronas. En ocasiones, estas mujeres intentaban imponer sus propias visiones sobre cómo debían tratarse los embarazos y partos de sus parientes femeninas, incluso en contra de las tradiciones y deseos de su corte de destino.
Eran especialmente relevantes los conocimientos de las antecesoras, o contemporáneas que ya habían sido madres, a la hora de aconsejar y guiar a las más jóvenes, haciendo recomendaciones basadas en su propia experiencia pasada, pero también respecto a la manera de lidiar con las consideraciones políticas relacionadas con todo este proceso, pues el cuerpo de las mujeres reales no era nunca un ámbito privado, sino una cuestión pública, dinástica y política, donde cada parte del proceso se vinculaba a importantes cuestiones de ámbito general de las que las mujeres reales eran totalmente consciente.
Por último, aunque este era un ámbito eminentemente femenino, los hombres no estaban del todo ausentes, sobre todo cuando no había figuras femeninas cercanas que asumieran el mencionado rol. Por ello, padres, suegros, maridos e, incluso, abuelos también estuvieron vinculados, a través de recomendaciones, planificaciones y consejos, a las conversaciones sobre la fertilidad de las mujeres reales de la Edad Moderna. [Rocío Martínez]