Trompos o peonzas

Trompos o peonzas
1944. Trompos o peonzas. Torija (Guadalajara), autor desconocido. Fotografía de José Antonio Alonso Ramos © Archivo Escuela Provincial de Folklore

Trompos o peonzas

Juguete muy extendido hasta nuestros días, el trompo o peonza se realiza con un trozo de madera torneada en forma de pera en la que se encastra una punta metálica en la parte angulosa con objeto que sobre ella gire, tras tirar de la misma con una cuerda.

La madera cuanto más dura, mejor para evitar su rotura con el impacto de otras peonzas y con el propio suelo. La punta metálica solía ser redondeada, si bien en ocasiones se hacía puntiaguda para quebrar otras peonzas.

Jugar a la peonza consiste en lanzarla contra el suelo, enrollada en una cuerda —que termina en un nudo, chapa de botella aplastada o moneda, que será el tope que tendremos entre los dedos índice y corazón—, haciéndola rodar sobre sí misma sobre la punta metálica del extremo. Los muy expertos en bailar el trompo la pueden recoger del suelo una vez lanzada y subirla por la cuerda, ponerla sobre la palma de la mano o lanzarla sobre otro participante como si se tratase de un juego de malabares.

El juego consistía en ver quien la hacía girar más tiempo, también echando la peonza dentro de un círculo, sin que salga, cogerla con la mano y volver a introducirla en el círculo. En otras ocasiones se tiraba la peonza en el círculo y otros jugadores lanzaban la suya para echar fuera a la de dentro.

Se trata de un juego que ha perdurado en el tiempo. Hoy tenemos peonzas de plástico duro, de metal y otros elementos, y las hay incluso con luces. Antiguamente la madera se pintaba de colores, añadiendo incluso chinchetas en la decoración.