Tamaño cerebral y desarrollo somático en los neandertales
Desarrollar un cerebro grande tiene un elevado gasto energético, lo que dificulta el crecimiento simultáneo de otras partes del cuerpo. En Homo sapiens, este coste energético cerebral durante la niñez provoca que el crecimiento del resto del cuerpo se ralentiza durante los periodos de lactancia e infancia. En Homo neanderthalensis, hemos comprobado que el ritmo de crecimiento somático era muy similar al de Homo sapiens.
Aplicando los métodos pediátricos de evaluación del crecimiento, un joven neandertal no se diferencia de un niño actual. El crecimiento y desarrollo de este neandertal juvenil se ajusta a las características típicas de la ontogenia humana, donde hay un crecimiento anatómico lento entre el destete y la pubertad, que podría compensar el gran coste energético, que supone desarrollar un cerebro tan grande. Sin embrago, sí se aprecian diferencias en el desarrollo del cerebro y la columna vertebral de estas dos especies humanas.
Los neandertales tenían mayor capacidad craneal que los humanos actuales. En los adultos su volumen endocraneal ronda los 1.520 centímetros cúbicos, mientras que los humanos actuales es de 1.350. El juvenil neandertal Sidrón J1, con una edad de 7,7 años, había alcanzado 1.330 centímetros cúbicos en el momento de su muerte, equivalente al 87,5% del volumen promedio esperado. A esa edad, un niño actual ya ha terminado de desarrollar toda su capacidad craneal. Esto significa que el desarrollo del cerebro en los neandertales posiblemente fuese algo más prolongado que en nuestra especie, lo que se interpreta como una posible solución evolutiva al conflicto enérgico entre desarrollo somático y desarrollo cerebral. [Antonio Rosas]