Saberes tradicionales incorporados a la medicina occidental
La corteza de quina formaba parte del amplio conocimiento etno-botánico con aplicación medicinal que poseían los grupos indígenas de Perú, Colombia y Ecuador.
Fue una mujer, Ana de Osorio, esposa del conde de Chinchón, virrey del Perú, quien, a través de los jesuitas que tenían contacto con las poblaciones indígenas, la utilizó para curarse del paludismo (o fiebres tercianas). También fue la primera europea que la hizo ensayar con felices resultados en el hospital de Lima y quien la introdujo en España a su regreso a Sevilla, acompañada del médico del virrey que la había tratado.
En su honor, Linneo bautizó al árbol de la quina (simbólicamente representado en el escudo de Perú) como Chinchona officinalis.